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El Comité de Competición de la RFEF decidió decretar una segunda incomparecencia del Cerro Reyes ante la imposibilidad de disputar el partido fijado el pasado domingo ante el Montañeros por la 23ª jornada del Campeonato de Segunda División B (Grupo 1). Esta circunstancia provoca la exclusión del equipo. Según el Reglamento General (Artículo 223), "para poder comenzar un partido cada uno de los equipos deberá intervenir, al menos, con siete futbolistas de los que conforman la plantilla de la categoría en la que militan, siempre que tal anomalía no sea consecuencia de la voluntad del club sino que esté motivada por razones de fuerza mayor. Si no concurriera dicha causa o, en cualquier caso, si el número fuera inferior, al club que así proceda se le tendrá como incomparecido".
Los integrantes del primer plantel albiazul no respetaron el pacto establecido con los dirigentes de enviar una representación de ocho futbolistas al campo del Montañeros ante el incumplimiento de la contraprestación acordada, la concesión de la carta de libertad. Los impagos de salarios han sido constantes en la presente campaña, circunstancia que está en el origen de la convocatoria de huelga que a la postre deriva en la exclusión del Cerro Reyes, que pierde la categoría, no podrá ascender de manera inmediata la próxima temporada, deberá afrontar una sanción de 3.000 euros e indemnizar al Montañeros por la no disputa del partido.
A efectos clasificatorios, al producirse la exclusión en la Segunda Vuelta de la competición, se respetan las puntuaciones obtenidas por los demás clubes hasta el momento, y en el resto de los encuentros a celebrar se dará por vencedor a los oponentes por el resultado de la media de los goles encajados por el equipo excluido(por redondeo, serían derrotas por 0-2).
Desde el inicio del conflicto, el Director General del club pacense, Mario Luna, atribuyó a los jugadores la responsabilidad de una eventual exclusión del equipo. Llegados a este punto cabría preguntarse por qué, como indican los miembros del Comité de Competición, los dirigentes no presentaron alegación alguna cuando fue tratada la incomparecencia del equipo frente al Vecindario. Entonces, el club albiazul alineó un equipo con jugadores juveniles, quienes además incumplían la norma básica de no haber competido en el plazo de 24 horas anterior a la disputa del choque del primer plantel.
La teoría conspiratoria sigue siendo el único argumento de Luna, quien observa una trama confeccionada por jugadores, AFE y RFEF. Sin valorar los motivos por los cuales, al margen del impago de salarios, se han producido otras anomalías, como la no inscripción de un entrenador de manera reiterada en las actas de los partidos, o la no legalización de la nueva Junta Directiva, que no ha figurado en ningún registro.
1 comentario:
Los de siempre. De auténtica vergüenza.
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