Entrevista a Paco Jémez: "Ser normal es lo más complicado en la vida"



Transmite a sus equipos su carácter arriesgado y pasional. Al Rayo le valió su mejor clasificación. Y hoy sigue en la lucha por la supervivencia.
"Parece que pedir perdón es sinónimo de falta de hombría, pero es todo lo contrario: la gente con carácter pide disculpas cuando se equivoca".
"En la vida hay que consumir hasta el último segundo. Vamos tan rápido que se nos pasan las cosas sin disfrutarlas", concede.
Dirige al Rayo Vallecano, pero bien podría haber sido cantaor flamenco (es hijo del célebre Lucas de Écija) o golfista profesional (maneja un hándicap de 1,4). Paco Jémez (1970) nació en Las Palmas por accidente, tiene sangre cordobesa y vive en Vallecas, donde ya pasó dos temporadas como jugador. Aboga por la normalidad, la misma del barrio en el que vive, donde fuera de foco colabora para mejorar las condiciones de vida de los vecinos. Amante del cine (suele escaparse por las noches a las salas), las corbatas ("tengo más de cien", confiesa) son la única excentricidad de un hombre que, a base de trabajo, defiende lo extraordinario de lo común.







Cuando un equipo de fútbol está abajo en la clasificación, ¿qué se puede hacer para frenar los pensamientos negativos?
Es una situación complicada. Pero soy una persona optimista y que cree en el trabajo. Entonces, ¿cuándo sales realmente derrotado? Cuando te entregas. Cuando dices: ya no. Ése es el momento en el que has perdido. Y al final, la vida es así: muchas veces, te vas porque te rindes. Y eso es lo que no quiero que le pase a ninguno de mis equipos. Me encanta el cine y siempre pongo a mis jugadores el ejemplo de El último samurái: si hay que morir, se muere, pero tú eliges cómo. Estoy convencido de que vamos a sacar la situación adelante. Pero si al final no podemos, iremos como en la película de Tom Cruise, a morir hasta el último minuto. Y la afición lo agradecerá, porque la gente no es tonta, y menos en un lugar como Vallecas, donde han vivido de todo.
¿Cómo transmite todo lo que piensa a sus jugadores?
Tengo facilidad para llegar a la gente, a lo mejor porque pongo mucha pasión. En el cuerpo a cuerpo, soy capaz de ganarme a las personas, de convencer, transmitir. Es la parte de mi trabajo que más me gusta. En los ámbitos generales, las reglas son igual para todos. Pero a la hora de hablar a los jugadores, no es lo mismo hacerlo a un chico de 17 como Joni [Montiel] que a uno de 35 como Roberto [Trashorras]: lo que vale para uno no vale para el otro.
¿El fútbol es un deporte que se presta a las excusas?
La gente que pone excusas me gusta tenerla lejos. Mi trabajo consiste en buscar soluciones a los problemas y quien utiliza la excusa lo que hace es buscar problemas a las soluciones. Al final, es hacerme trabajar más a mí: nos contradecimos y no llegamos a ningún sitio.
¿Quién le inspira en su vida?
De todas las personas mayores se debe aprender: cuando un mayor abre la boca, es un sacrilegio no escuchar. Y entre ellos, destaco a mi padre. Muchas veces, le digo que me alegro de que hayamos sido pobres, porque me ha enseñado muchísimas cosas que yo ahora, quizás, no puedo enseñarle a mis hijas, o me cuesta muchísimo trabajo.
¿Por ejemplo?
Mira: de pequeño, mi padre me compraba unas zapatillas y, si a los tres días las rompía, tenía que tirar con ellas hasta que hubiera dinero en casa para otras. Eso te enseñaba que las cosas cuestan trabajo. Al final, es una cuestión de supervivencia. No se trata de ser mejor o peor. Pero las personas que viven en circunstancias límite se desarrollan de forma distinta: su mente, su cuerpo, sus valores... son diferentes.
Se define como de sangre caliente. ¿Tiene su lado zen?
Si la gente me conociera... De mi padre he heredado muchas cosas: es una persona con un carácter fortísimo, muy entera. Pero, además, es de lágrima fácil, y a mí eso también se me ha pegado. Tengo mi lado tranquilo, que nadie piense que estoy todo el día dando voces. También me emociono fácilmente, con el día a día. Por ejemplo, si vamos a ayudar a alguna familia que está viviendo una tragedia, algunas veces me tengo que salir porque se me saltan las lágrimas. Incluso en algunas charlas con los jugadores me ha pasado. Me emociono con todo lo que hago porque voy con el corazón por delante.
¿Cuida su parte interior?
A estas alturas de la vida, lo que intento es que mi mente no me juegue malas pasadas. El carácter que una vida entera te conforma te hace ser de una determinada manera. Me gusta mostrarme como soy, para lo bueno y lo malo. Me equivoco muchísimas veces, pero en todas intento pedir perdón. Hoy en día, pedir perdón está mal visto, parece que es sinónimo de falta de hombría o de carácter. Y creo que es todo lo contrario: la gente con carácter y con hombría es la primera en reconocer que se equivoca y en pedir disculpas.
¿Decir lo que se piensa en un mundo como el nuestro a la larga perjudica?
Es imposible caerle bien a todos. Una vez, un hombre mayor me explicó la teoría de los 20, los 40 y los 60: con 20 años, tu mayor preocupación es lo que piensan los demás de ti; a los 40, es no preocuparte de lo que piensan de ti; y a los 60, te das cuenta de que nunca se preocuparon de ti. Así, no estoy pendiente de lo que le gusta o no le gusta a la gente. Lo que tengo muy claro es que, cuando abro la boca, creo que estoy en posesión de la razón. Tengo el defecto de decir lo que pienso, ser consecuente con ello y, si ofendo a alguien, pido perdón.
¿Cómo encara los problemas?
Los problemas son circunstancias a resolver. Todos tienen solución. La mayoría de personas tiende a hacer de los problemas tragedias, cuando son cosas muy distintas. Las tragedias son circunstancias que se escapan de tus manos, que las tienes que tragar tal como vienen y sólo puedes esperar a que pase el tiempo para que mitigue el dolor que conllevan. Pero los problemas necesitan de gente que dé un paso adelante y busque alternativas. Y yo no puedo acostarme sin haber arreglado las cosas pendientes, sea la hora que sea.
¿Y eso lo transmite a los demás en su día a día?
Mi vida siempre ha sido riesgo. A veces mi mujer me dice que estoy como un puñetero cencerro porque no paro. Pero me encanta vivir así, y al final, mi manera de entender el fútbol es una consecuencia de cómo ha sido mi vida. Entiendo que la vida se nos escapa, se nos va de las manos. Por eso, la única cosa que me alegra de dormir poco (con cinco horas me doy con un canto en los dientes) es que el tiempo que no duermo lo empleo en hacer cosas.
Es una visión muy optimista.
Vivo en un mundo en el que todo gira alrededor de los resultados. Poca gente valora tu trabajo si no va acompañado de ellos. Así, tu vida es una montaña rusa: cuando ganas, estás arriba; cuando pierdes, estás abajo. Debes tener un equilibrio emocional para que tu vida sea optimismo puro. Y no sólo ser positivo, sino irradiarlo para levantar al grupo. Si algún día no me encuentro con fuerzas para decir algo, prefiero no decirlo. Y son pocos días, porque tengo las espaldas bastante anchas y me echo encima lo que venga.
¿Tiene hueco Dios en esa mentalidad positiva?
Soy católico y, aunque a veces tengo mis dudas (¿quién no las tiene?), creo en Dios. Soy muy respetuoso con los demás, por eso quiero que también lo sean conmigo. No impongo nada a nadie y me fastidia mucho que quieran imponer cosas. Las mayores atrocidades que se han cometido en la Historia han sido a favor o en contra de la religión; es decir, por gente que quería que los demás pensasen como ellos. Y eso nos tiene que servir de experiencia.
¿Tiene alguna manía?
Para ser del Sur, no soy nada supersticioso. Sí creo que hay momentos en la vida en los que, a veces, se alinean las cosas, pasan porque tienen que ocurrir y no se puede hacer nada. Pero hay otra serie de cosas en las que sí se puede incidir; puedes luchar para que cambien. Creo más en el trabajo y en que la mayoría de situaciones pasa porque hay gente que hace que pase.
¿Qué le gusta hacer a Jémez?
Soy una persona a la que le gusta la normalidad. Vivo en un sitio rodeado de gente normal, que madruga para ir a trabajar, que baja a su perro a la calle, que compra en el súper de al lado... Me gustan las personas normales. Al final, ser un tipo normal es lo más complicado en la vida. Para encontrar a alguien normal tienes que escarbar mucho.
Aún conserva su planta de jugador. ¿Se cuida?
Me cuido bastante, pero no soy un obseso de la dieta. Soy una persona de extremos: puedo estar dos días a base de batidos de proteínas, porque no me apetece otra cosa, y luego salir a comer y cenar tres días seguidos. Pero no me gusta abusar de la grasa o los dulces. Me gusta ir al gimnasio (hago ciclo, body pump, body combat...), correr, nadar, pádel...
¿Cómo conjuga su pasión por el golf con su carácter emocional?
No es que la pasión sea mala, pero el golf es un deporte que necesita mucho talento mental. Yo he roto muchos palos y he tirado muchas bolsas al agua, pero aún así he llegado a jugar bien, o por lo menos a disfrutar de este deporte. Hay caracteres más tranquilos que son mejores para ciertas disciplinas como ésta. Pero también, muchas veces, ese golpe en el que debes arriesgar te invita a sacar carácter. Por eso, un binomio bueno es una mezcla de ambos.
Si tuviera que resumir su filosofía de vida, ¿cómo lo haría?
Muy sencillo: entiendo que en la vida hay que consumir hasta el último segundo. Se deben disfrutar las pequeñas cosas, esas que, muchas veces, son las que te dan la perspectiva y las mayores alegrías: beber una cerveza con un amigo, reírte con un chiste, disfrutar de una buena película, ayudar a la gente que lo necesita. Y cada vez que pasa un día, me jode, porque es un día menos de vida. Me encantaría vivir siempre, lo de morirse es el peor invento que hay. Vamos a un ritmo tan rápido que se nos pasan las cosas y no disfrutamos de ellas.
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Coaching - Entrevista a Imanol Ibarrondo "Un equipo es mucho más que un grupo de personas que trabajan juntas"

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En DeporteLiderazgo

Imanol Ibarrondo es ex-futbolista (llegó a jugar en Primera División con el Rayo Vallecano) y actualmente es Presidente de INCOADE, Instituto de Coaching Deportivo. Es una figura de referencia en el acompañamiento a equipos profesionales, federaciones deportivas, entrenadores y deportistas, actuando cómo “despertador”, facilitando así que las personas y los equipos brillen. Ha publicado el exitoso libro “La primera vez que le pegué con la izquierda“, del que se han vendido miles de ejemplares, y en el que transmite su visión de que todos somos “bellotas”, ya disponemos de todos los recursos que necesitamos para transformarnos en nuestra mejor versión.

¿QUIÉN ERES? ¿CÓMO HAS LLEGADO HASTA AQUÍ?
La verdad es que no sabría decir quién soy… depende de dónde, cuándo, con quién… me voy descubriendo a poquitos, me observo, presto atención a mis pensamientos y emociones, voy aceptando poco a poco lo que hay e intento mejorar aprovechando cada situación que me ofrece la vida para responder con mayor consciencia y de forma más responsable y alineada con lo que valoro y es importante para mí.
En esencia quiero creer que soy una persona noblepositiva y bondadosa, y quienes me tratan, dicen de mí que me muestro entusiasta, que transmito con pasión y que resulto inspirador, regalos todos ellos que me impulsan a mejorar para poder seguir siendo merecedor de tales reconocimientos.
No tengo percepción de haber llegado a ningún sitio, siento que voy caminando, avanzando más hacia adentro que hacia fuera, siento que lo que estoy aprendiendo y lo que sé hacer empieza a ser útil y valioso para los demás y, a veces, me siento un privilegiado por poder compartir con otros buscadores los senderos que voy transitando.
También creo que todo lo que me pasado, mis experiencias, han sumado para estar en este momento del proceso de mi vida, así es que pienso que cada uno de mis descubrimientos y vivencias han sido relevantes. Hace algún tiempo ya que hice las paces con mi pasado y ahora puedo mirarlo con serenidad y agradecimiento. Siento que todo lo que pasapasa para algo y, así, estoy más abierto a las situaciones y desafíos que me va ofreciendo la vida. Siento que el universo (dios, la vida, la fuente, la energía…) no suele atender a los deseos de nadie, pero mantengo la creencia de que siempre nosofrece lo que necesitamos en cada momento para crecer, de manera que todo lo que pasa en mi vida lo considero relevante. Intento pelearme menos con las cosas que (me) pasan y buscar aprendizajes e interpretaciones que me ayuden a seguir adelante. Algunas veces lo consigo.

DESPUÉS DE TU ÉPOCA DE FUTBOLISTA, EN EL AÑO 2006 CREASTE INCOADE, INSTITUTO DE COACHING DEPORTIVO, ORGANIZACIÓN QUE LIDERAS DESDE ENTONCES ¿QUÉ TE MUEVE AHORA MISMO? ¿DÓNDE ESTÁS?
Lo que en estos momentos de mi vida da sentido a lo que hago es el deseo de contribuir al cambio necesario en losmodelos de liderazgo en cualquier ámbito y sector de actividad. Creo que necesitamos líderes transformadores que tengan el coraje de brillar al servicio de personas y equipos sobre los que tienen el honor de liderar, y que se atrevan a creer y a crear nuevos futuros posibles y deseados para sus organizaciones. Líderes capaces de generar redes deconversaciones que impulsen a la acción y en las que las personas se sientan escuchadas, comprendidas, visibles, reconocidas, valiosas y queridas. Líderes inspiradores y capaces de descubrir el talento oculto de cada persona que forma parte de sus equipos y que con sus comportamientos, actitudes y lenguaje se hagan dignos de su confianza y compromiso.
Además de la formación y del trabajo individual con entrenadores y deportistas, lo que realmente me apasiona estrabajar con grupos de personas que están todavía lejos de poder ser consideradas como equipos y, mucho menos, equipos de alto rendimiento. Son grupos compuestos, en la mayoría de los casos, por relaciones deterioradas por la ausencia de conversaciones, por personas desilusionadas que acuden escépticas, sin muchas o ninguna esperanza de cambio, cerradas y desconfiadas, con un histórico de agravios (reales o imaginarios), quejas, excusas y justificaciones, con una actitud victimista y a la defensiva, a la espera de ver qué pasa… Me encanta ponerme a su servicio y acompañarlas en su proceso de toma de consciencia y de cambio… ese momento en que se descubren como personas valiosas, a ellas mismas y a los demás, personas que se necesitan y con las que pueden y desean compartir propósito y valores que les ayuden a ser mejores, individualmente y como equipo.
Disfruto mucho retándoles y sintiendo cómo comienzan a confiar y a atreverse, a mirarse, a escucharse, a comprenderse, a reírse juntos… Me emociona sentir ese momento en el que se inicia la re-construcción de lazos de confianza que estaban rotos a través de conversaciones de más calidad. Es entonces cuando comienza a emerger el Equipo, ese ente invisible e intangible a quien nadie conoce, que no ocupa mesa ni percha en ningún vestuario, pero que es el único capaz y responsable de alcanzar todos los éxitos colectivos. Lo más de lo más, es poder ser el observador privilegiado, al final de cada proceso,  que escucha con qué emoción declara cada integrante del equipo su compromiso individual, el gran regalo que se hace a sí mismo y a su equipo, con sus compañeros como testigos de un momento tan especial y significativo, el comienzo de la transformación de grupo a Equipo.

¿QUÉ EXPERIENCIAS TE HAN MARCADO MÁS PARA SER QUIEN ERES AHORA Y QUÉ APRENDISTE DE ELLAS?
Mi primer proceso de coaching con Julen Ortiz de Murúa fue una experiencia realmente reveladora para mí. En aquel momento descubrí que si con 20 años hubiera tenido cerca una persona con las (parecían) sencillas habilidades que él aplicaba conmigo, habría jugado 10 años en Primera división.
Lo vi tan claro que durante aquel proceso decidí ser yo esa persona para los demás. La decisión la tomé rápidamente aunque tardé algo más de un año en organizar el radical giro de rumbo personal y profesional al que necesitaba enfrentarme para poder comenzar a transformarme en quien necesitaba ser para merecer alcanzar un reto tan exigente.

HAS IMPARTIDO FORMACIONES EN EL COE, CSD, FEF…, FACILITAS QUE “BRILLEN” ENTRENADORES DEL DEPORTE BASE Y DE PRIMER NIVEL, AYUDAS A CRECER A DEPORTISTAS DE DISTINTAS DISCIPLINAS… ¿QUÉ ES LO QUE MÁS TE SATISFACE DE TU TRABAJO?
Siento que soy como un despertador, alguien que mueve y remueve a los demás, que los zarandea hasta quedespiertan y toman consciencia de quién están siendo, de cómo se están comportando, de qué están pensando y de cómo se sienten, de cuál está siendo su impacto y de cuál les gustaría que fuera, de qué es lo mejor que tienen para ofrecer a los demás, de cómo sería si se atrevieran a ser quien realmente son, a dejar de hacerse las víctimas y asumir un rol protagonista en sus vidas, de qué sería posible y de qué serían capaces si lo hicieran…
Siento que les acompaño en su proceso de conectar con su esencia dormida, la que todos tenemos ahí, en lo más profundo de nuestro ser, esperando a que la despertemos o a que alguien crea en nosotros, ayudándonos a despertarla. Creo que les contagio por un rato mi energía, mi entusiasmo y mi creencia de que todos somos bellotas y que yatenemos en nuestro interior los recursos que necesitamos para transformarnos en nuestra mejor versión.  No se me ocurre mayor privilegio.
Me hace sentir orgulloso que las personas y equipos que trabajan o se forman conmigo se atrevan a ponerse en marcha, a planificar y a organizarse para hacer lo que quieren hacer, que se comprometan a ser quien quieren ser, y me hace sentir profundamente reconocido y pleno que consideren que soy alguien digno de su confianza para compartir las cosas “de verdad” de las que se nutren nuestras conversaciones transformadoras.

¿QUÉ DIFERENCIAS EXISTEN EN EL TRABAJO DE UN LÍDER CON DEPORTISTAS Y ENTRENADORES, SEGÚN LA EDAD O FASE EN LA QUE ESTÁN LOS MIEMBROS DEL EQUIPO?
Creo que todos los/as monitores/as, técnicos/as, o entrenadores/as en categorías de formación deberían ser conscientes y asumir con naturalidad que el 99,9% de los/as deportistas que pasen por sus manos nunca llegarán a profesionales. Pura estadística. Nada personal. De hecho, si alguno/a fuera tan bueno/a como para logarlo, lo conseguiría incluso “a pesar” de sus entrenadores/as. Considero que no deberían medir el impacto o la calidad e influencia de su liderazgo en función de las clasificaciones, resultados o del nivel de sus jugadores, sino por la huella imborrable que sean capaces dedejar en sus corazones. En realidad, son muy pocos quienes pueden discernir el impacto de su liderazgo con claridad. A diferencia de Guardiola, Simenone, Pat Riley, Cruyff… pocos de nosotros experimentaremos “momentos determinantes” en los que sintamos que nuestro liderazgo haya cambiado la historia o merezca ser escrito con letras de oro en sus libros.
Nuestros “momentos” son un patrón de vida, una manera de ser y de estar jalonada por cientos/miles de oportunidades ordinarias para producir sutiles diferencias en las vidas de las personas que nos importan. Quienes desean ejercer este rol del liderazgo al servicio de sus deportistas o equipos perseveran, no solo por orgullo, integridad y responsabilidad, sino porque son lo bastante confiadas, optimistas, ingenuas y humildes como para creer y esperar que la semilla de sus esfuerzos fructificará en tiempos, maneras y lugares que no pueden predecir ni controlar… y aún así, mantienen su determinación y entusiasmo para seguir dándole.
Las bellotas brotan cuando les tocano cuando nos gustaría. Un formador y un entrenador en busca de resultados,se parecen tanto como un huevo a una castaña. El primero sabe que le toca sembrar y el segundo quiere/necesitarecoger. Un buen líder es quien sabe qué necesitan sus jugadores en cada momento y se pone a su servicio paraayudarles a aprender lo que toca en cada situación. El liderazgo, indudablemente, se mide por los resultados que alcanza, pero su definición y medición deberían ser muy diferentes en formación que en el alto rendimiento.
Respecto al trabajo del líder en concreto, creo que hay pocas diferencias a la hora de ejercer el rol de liderazgo con losjugadores. Un deportista respetará a su entrenador si siente que mejoraaprende y crece cada día, pero secomprometerá con él si le hace sentir reconocidoimportante y valioso, independientemente de si juega mucho o lo hace poco. El liderazgo tiene que ver con la conexión emocional y con la calidad de las relaciones, y se ejerce a travésde las conversaciones (individuales y colectivas, públicas y privadas, personales y profesionales…), siendo la calidad de éstas lo que define el impacto y la influencia del liderazgo de cualquier entrenador, independientemente de la edad de sus jugadores.

DESDE TU EXPERIENCIA, PRIMERO EN LOS TERRENOS DE JUEGO Y AHORA COMO EXPERTO EN LIDERAZGO, ¿QUÉ ES LO MÁS IMPORTANTE DE UN ENTRENADOR?
Considero que no son sus conocimientos técnico/táctico/físico los que marcan la diferencia entre el éxito y el fracaso de un entrenador. Creo que esas competencias son como el valor en la mili, se le suponen, y se entiende que estará aprendiendo cada día y en proceso de actualización permanente. Lo que es realmente decisivo es que ames tuprofesión, que la vivas con pasión y entusiasmo, y que tus jugadores te perciban como una persona digna deconfianza, alguien en quien se puede creera quien poder seguir y con la que merece la pena comprometerse. Es decir, será tu capacidad de liderar al servicio de tus jugadores y de tu equipo lo que marcará la diferencia a largo plazo entre tu éxito y tu fracaso. La coherencia entre lo que erespiensasdices y haces, hará que tus jugadores te perciban como un líder inspirador para ellos.

EN UN EQUIPO, ¿QUÉ ES LO FUNDAMENTAL?
Un equipo es mucho más que un grupo de personas que trabajan juntas. Creo que el valor diferencial de un equipode alto rendimiento es la interdependencia, que todos tengan la sensación de que se necesitan unos a otros, que nadie puede conseguirlo solo y sin la ayuda de los demás, que se hagan co-rreponsables de los éxitos y los fracasos, que gestionen los conflictos como medios de aprendizajecrecimiento y desarrollo del equipo, que se preocupen los unos por los otros, que si le silban a alguno, todos lo sientan como propio, que cuiden entre todos el clima emocionaldel equipo y que se sientan comprometidos con los mismos valores y comportamientos que les identifiquen. Que, aplicando el significado de la palabra UBUNTU (soy porque somos, sino nada sería), cambien el “yo” por el “nosotros“. No se me ocurre mejor definición de Equipo ni mayor responsabilidad para un líder; transformar un grupo de personas en un Equipo al que todos se sientan orgullosos de pertenecer.

Y EN UN DEPORTISTA, ¿QUÉ ES LO MÁS IMPORTANTE? ¿CUÁLES SON LAS HABILIDADES/ CUALIDADES/ APRENDIZAJES CLAVE PARA QUE ALCANCEN LAS METAS QUE SE PROPONEN?
Un deportista que quiera crecer y ser cada día mejor, debería tener claro, no tanto cómo de bueno es, sino cómo debueno quiere ser.
En mi opinión, el desafío esencial para un deportista es aumentar cada día su nivel de consciencia y responsabilidad, hacerse dueño de qué está pensando y de cómo se siente ante cada una de las situaciones y retos que tendrá que afrontar en su vida deportiva. Necesita entender que todo lo que sucede conviene, que todo pasa para algo, que encada situación hay un aprendizaje y una posibilidad de crecimientodesarrollo y mejora. Descubrir que una menteserena y positiva, junto a un corazón agradecido y compasivo serán sus mejores aliados para alcanzar su máximorendimiento disfrutando intensamente de su actividad. Necesita entrenar su mente, aprender a sembrarpensamientos que le ayuden a estar más serenopresente y a jugar mejor, a gestionar sus emociones y atransformar sus estados de ánimo. Una parte más, y no precisamente la menos importante, del entrenamiento.

COMO PERSONA DE REFERENCIA DENTRO DEL LIDERAZGO DEPORTIVO, ¿QUÉ ES LO QUE MÁS ADMIRAS DEL DEPORTE? Y, ¿QUÉ QUITARÍAS?
Lo que admiro del deporte es la posibilidad que nos ofrece a todos de poder vivir muy conectados a los mejoresvalores de cada uno. Considero que el deporte no tiene valores, tal y como se dice, somos las personas las que los tenemos, si bien el deporte, a diferencia de otros ámbitos de la vida, nos ofrece el contexto: las reglas, las categorías, los rivales, las normas, los árbitros… que nos permite competir alineados a lo mejor que tiene cada uno para ofrecer. El deporte nos abre la posibilidad de poder mostrarnos tal cual somos, con lo mejor y lo menos bueno de cada cual, nos enfrenta a todo ello y nos permite descubrirnos, conocernos y transformarnos en nuestra mejor versión, una y otra vez. En el deporte experimentamos y conectamos con valores tan esenciales para el ser humano como la generosidad, elsacrificio, la humildad, la nobleza, la disciplina, la solidaridad, la compasión, el respeto… ¡y tantos otros!  El deporte nos hace sentirnos vivoscrecer y ser mejores de lo que estamos siendo.
Por otra parte, cambiaría radicalmente algunas creencias limitantes del tipo “ganar es lo único importante“, “todo vale para ganar“, “el deporte es para listos“… y demás verdades absolutas que convierten a los deportistas y entrenadoresen su peor versión, alejándoles en sentido opuesto de lo que podrían llegar a ser si se atrevieran a vivir mucho más conectados a su auténtica naturaleza y a la esencia del propio juego. Quitaría las trampasmodificaría radicalmente lossistemas de competición en el deporte base, los utilizaría como un medio para el crecimiento y desarrollo de losjóvenes deportistas, no como un fin en sí mismo, y formaría a todos los técnicos/asentrenadores/asdirectivos/aspadres en las “7Ps para brillar“. (Las 7 Ps para brillar es una formación vivencial que imparte Imanol, habitualmente de un fin de semana, en la que cómo él define, actúa de despertador, facilitando así que las personas y los equipos brillen)
Si tuviera que elegir solo una cosa para eliminar, sería una pregunta, la que los padres hacen a sus hijos cuando llegan de jugar un partido: “¿cómo habéis quedado?” si ha ganado, “¡bien, genial!“, si no lo ha hecho, “no te preocupes, ya ganarás el próximo“. De esta manera nos va quedando muy clarito desde pequeños qué es importante en esta vida y también en el deporte: ¡Ganar! el éxito es ganar. La felicidad viene después, si tienes éxito puedes (tienes derecho) a ser feliz. Esta forma de interpretar los resultados en el deporte comienza a instalar en nuestro ADN, desde muy pronto, una terrible y limitante creencia: “si gano, se alegran y me quieren, y si no gano, no me quieren tanto“. Ahí comenzamos ya aconfundir nuestra naturaleza única y valiosa como seres humanos con nuestros logrosvictoriasstatusnivel socialeconómicocultural
A partir de ahí, nuestra relación con el error comienza a ser tormentosa. Ya no nos atrevemos a arriesgar, porque podemos fallar y hacerlo mal y entonces podemos perder y nos criticarán y nos querrán menos. Y así, poco a poco,vamos cerrando nuestras posibilidades de cambiotransformación y aprendizaje para las que es necesario que nosequivoquemos, que fallemos (muchas vecesantes de hacerlo bien y poder así seguir mejorando y creciendo.

¿CUÁL ES TU META PROFESIONAL?
En los últimos tiempos he rebajado el tono de mis expectativas. No es que sea menos ambicioso (creo) sino que he descubierto que para tener impacto no hace falta pretender transformar el mundo, sino solo a  mismo. Con eso sería más que suficiente y siento que así podré ayudar más y mejor a las personas de mi entorno, a todas aquellas con las que me encontraré en el futuro compartiendo una parte del camino y con las que tendré alguna relación, bien sea a través de una formación, un libro, un artículo, una conferencia… o sencillamente una conversación, colaborando y contribuyendo de esta manera a este cambio pendiente e imprescindible ya en el liderazgo al servicio de personas y equipos. Me gusta sentir que no deseo jubilarme de lo que hago y me veo dentro de 30 años en mi despachito, leyendo, escribiendo, reflexionando, aprendiendo, compartiendo y disfrutando cada día de conversaciones realmentetransformadoras.

TE CRIASTE Y TE FORMASTE EN EL ATHLETIC, CLUB DE TUS AMORES, CON EL QUE SIGUES EN CONTACTO Y DEL QUE ERES UN GRAN AFICIONADO. ¿QUÉ ES LO QUE MÁS ADMIRAS DE LA “FILOSOFÍA” DEL ATHLETIC?
Lo que más admiro del Athletic como Institución, desde los jugadores que tienen el inmenso privilegio de vestir esa camiseta, hasta la última persona que se siente del Athletic, es su capacidad para juntarse cuando las situaciones secomplican, para afrontar unidos los momentos difíciles, para superar juntos la adversidad y los malos tiempos, parano soltar nunca de la mano al equiporeforzando y demostrando ahí, precisamente cuando más se necesita, elcompromiso auténtico con una forma de ser y de entender el deporte y la competición sostenida por los valores ycomportamientos de respetonoblezalealtad y ambición de los que nos sentimos orgullosos, con los que nos identificamos plenamente, que nos hacen mejores personas, que dan sentido y significado a lo que queremos ser yrepresentar, y en los que reside la grandeza de este Club. No necesitamos ganar siempre para sentir la profundasatisfacción de competir siendo fieles a una forma elegida de ser y de estar en el mundo del fútbol.