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El Palo ha logrado el milagro económico y el deportivo. Pocas veces en el fútbol se concilian estas dos conquistas, pero el club malagueño, sumido en una economía de guerra y con jugadores no profesionales, ha conseguido asegurar otra campaña en Segunda B en la temporada de su estreno, y le ha sobrado una jornada.
«Tenemos el presupuesto más bajo de los cuatro grupos», declara el director deportivo de la entidad, Fernando González, más conocido como 'Fendi'. Difícil de corroborar este extremo, lo cierto es que si los hay son muy pocos los que manejan menos de los 340.000 euros con los que encaró el curso el Centro de Deportes de El Palo para la primera plantilla y las categorías inferiores. Lejos, muy lejos, de los colosos de la categoría, como el Racing y el Cádiz, que manejan cada uno 4,2 millones de euros, o el Oviedo, con 3,4; esto es, diez veces más que el conjunto del San Ignacio.
En El Palo bromean con la calidad del colchón de la primera vuelta. «Debía de ser viscolátex», dice más de uno. Lo cierto es que la suma de puntos en la primera mitad del torneo se ha manejado hasta certificar la salvación el domingo con el triunfo en casa ante el Granada B (2-0). Ahora toca otra campaña en Segunda B, con números similares y un sinfín de problemas.
El primero, mantener a los patrocinadores, la clínica CHIP y Prevención Médica. «Nos aportaban 23.000 euros entre los dos», reconoce Juan Godoy, presidente del club, y que ahora se deja querer por la Clínica Quirón y por cualquier otra empresa que quiera apoyar al equipo. «Estamos pendientes también de un amistoso con el Málaga en el San Ignacio», añade el máximo mandatario, que tiene muchas esperanzas en lograr un gran pellizco económico con ello.
Pocos socios en San Ignacio
Lejos de lo que se pueda pensar, los ingresos por cargo en taquilla o por los abonos no son una fuente elevada de ingresos. «Tenemos 450 abonados, pero alguno no ha pagado. Entiendo perfectamente que hay una crisis muy grande, pero ni contra el Cádiz llenamos el campo», explica, y ello a pesar de que esta campaña se ha levantado una nueva grada que ha elevado el aforo de 600 a 1.092 plazas. En su afán por asegurar apoyo, se han vendido entradas a uno, dos o tres euros en las últimas citas en el San Ignacio. Los abonados pagan entre 80 y 250 euros por toda la temporada.
En Segunda B cualquier capítulo es un 'pico'. Los arbitrajes se pueden ir hasta 40.000 euros, y los desplazamientos -no todos se hicieron el mismo día del partido-, a 100.000. A ello hay que unirles los 400 canteranos, que también dan alegrías. «El juvenil va a ascender a Liga Nacional», apunta, gozoso, Godoy.
Para más inri, El Palo no competirá en la Copa del Rey la próxima campaña, que aseguraba 14.000 euros solo por cada choque jugado. Mucho más que la ruinosa Copa Federación. «La eliminación por penaltis ante el Xerez nos hizo mucho daño», se lamenta Godoy, que no tiene previsto una revolución en la planificación deportiva. El grueso de la plantilla seguirá, porque los pagos son más puntuales que en otros equipos. Gerrit es el 'mirlo blanco' del mercado, pero Fendi confirma que no se esperaría un gran ingreso por él. «Ojalá...».
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