Las lesiones de Messi: Guardiola llegó a eliminar de la dieta hasta la Coca Cola

Lo más importante es que Messi aprenda la forma correcta para trabajar y conocer su cuerpo. Debe saber cuando debe parar para que pueda jugar al más alto nivel el máximo tiempo posible”. Estas palabras fueron pronunciadas por Frank Rikjaard en marzo del 2008. Lionel Messi acababa de sufrir una rotura fibrilar en el bíceps femoral ante el Celtic de Glasgow. Aquel día el argentino abandonó el terreno de juego entre lágrimas. Un incontrolable llanto le había secuestrado. Estaba desesperado. Algo que, dada su situación personal, resultaba lógico. Aquella era la séptima lesión que sufría en dos años, la tercera de una temporada (2007-2008) en la que se estuvo 85 días alejado de los terrenos de juego por problemas físicos. Sus reiteradas ausencias preocupaban a los servicios médicos. Sin el argentino, Rijkaard se quedaba sin recursos para el ataque, viéndose obligado a confiar en unRonaldinho que había iniciado su caída libre.
La situación encaja perfectamente en el contexto actual. Aquel 4 de marzo de 2008 Lionel Messi tocó fondo. Sus abundantes lágrimas hablaban por sí solas. Tantas lesiones consecutivas, tantos problemas musculares, encendieron las alarmas en el Camp Nou. Se temía que el talento del argentino acabara siendo rehén de su fragilidad fibrilar. Hoy, ese miedo ha resucitado. Coincidiendo con la llegada de Pep Guardiola a Can Barça, las lesiones de Messi vivieron un paréntesis. Desde aquella lesión sufrida ante el Celtic de Glasgow hasta el inicio de 2013, el argentino tan sólo estuvo fuera de juego durante 10 escasos días por cuestiones físicas. Padeció una distensión del ligamento lateral interno del tobillo derecho en septiembre de 2010. Ese fue el único apunte en su historial médico durante las cuatro temporadas en las que Guardiola ocupó el banquillo del Barcelona. Messi había dejado atrás el fantasma de las lesiones de un plumazo.
Los métodos de Pep fueron señalados como la causa del cambio radical. El técnico catalán cambió la dinámica del equipo, introdujo nuevos hábitos, llegó con nutricionistas y se preocupó por mejorar la alimentación de sus jugadores, lo que prevendría posibles lesiones musculares y  mejoraría el rendimiento. Con Messi se realizó un esfuerzo todavía mayor. El argentino fue privado de la Coca-Cola, los conguitos, el asado y el choripán, que hasta ahora formaban parte de su menú diario, y Guardiola le concienció de la importancia de estirar antes y después de cada entrenamiento o partido. Gracias a esto, Messi se convirtió en un futbolista invulnerable. Lo jugaba todo, no descansaba y tampoco lo necesitaba. Las lesiones desaparecieron por completo, y el argentino se convirtió en el futbolista más determinante del mundo, opositando al trono de mejor jugador de la historia. Pero tras el adiós de Guardiola los problemas físicos volvieron con la misma rapidez con la que desaparecieron. Con Tito Vilanova, primero, y Tata Martino, Messi es mortal de nuevo.
La lesión sufrida ante el Almería ha encendido las alarmas de nuevo. “Las pruebas realizadas esta mañana han confirmado una pequeña lesión fibrilar en el bíceps femoral de la pierna derecha. El tiempo de baja aproximado es de dos a tres semanas, y por tanto se perderá seguro los compromisos de esta semana contra el Celtic y el Valladolid“, ha informado el Barcelona a través de un comunicado. Es la tercera lesión que sufre de este tipo en 2013 y siempre en la misma zona. El bíceps femoral de la pierna derecha se ha convertido en su talón de Aquiles. El nuevo calvario comenzó en el tramo final del pasado curso. El 2 de abril sintió un pinchazo que se diagnosticó como distensión. Debía estar tres semanas alejado de los terrenos de juego. Messi sólo se concedió siete días de reposo. La Liga BBVA ya estaba en el bolsillo, pero no la Copa de Europa y el argentino consideró que el equipo le necesitaba. Forzó su reaparición y se equivocó. Se arrastró ante el Paris Saint-Germain pese a que se lograra el pase a semifinales, y fue atropellado por elBayern de Munich. Ese esfuerzo todavía le pesa. “Debe saber cuando parar“, avisó Rijkaard en 2008. “Debe aprender a conocer su cuerpo“,  aconsejó el holandés. Palabras que, al parecer, cayeron en saco roto.
Lo más importante es que Messi aprenda la forma correcta para trabajar y conocer su cuerpo. Debe saber cuando debe parar para que pueda jugar al más alto nivel el máximo tiempo posible” – Rijkaard en 2008
Desde que Messi forzara su cuerpo más de la cuenta en el tramo final de la temporada pasada los problemas físicos le han perseguido. Ha estado renqueante desde entonces y ni siquiera las discutidas rotaciones de Tata Martino han conseguido rescatarle. Recibió un aviso en la Supercopa de España contra el Atlético de Madrid y este sábado contra el Almería se ha roto definitivamente. El Barcelona pierde a su hombre más importante en pleno proceso de transición. Sin Messi en el campo la renovación de estilo resulta más complicada. “Que al equipo le falte el mejor jugador del mundo no se resuelve tan fácilmente“, lamentó Tata Martino en la rueda de prensa posterior al partido disputado en el estadio Juegos del Mediterráneo. El Barcelona había ganado 0-2, firmaba un pleno de victorias, y completaba el mejor arranque de la historia del fútbol español, pero el ambiente era fúnebre. La ausencia de Messi es un precio demasiado alto para el Barcelona. El primer problema es encontrar un recambio. El candidato parece claro.
He optado por situar Cesc Fàbregas en su lugar porque lo hace con mucha naturalidad en esa posición de falso nueve. Él tiene más características de volante y Leo de delantero. He intentado mantener las formas del equipo dentro de lo que habitualmente se ha hecho y que fuera Cesc el que ocupara ese lugar. Teníamos la opción de poner a un delantero, Neymar o Cristian Tello, y Alexis hubiera ido a jugar de nueve, pero en ese momento no manejábamos el partido y decidí que no debíamos cambiar mucho la estructura del mismo“, explicó el técnico argentino. A corto plazo Cesc Fábregas solventará la papeleta, pero preocupa que el argentino se haya adentrado en un túnel sin salida, que se haya iniciado un nuevo goteo de lesiones musculares que impida a Lionel Messi disfrutar de continuidad. Se teme que el problema que logró solucionar Pep Guardiola se esté reproduciendo. Y es que en 2013 ya han sido tres las veces que el argentino ha tenido que parar por cuestiones musculares.

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