El Barcelona contrató a Jordi Roura
como editor de vídeos porque Pep Guardiola se lo pidió a Txiki
Begiristain, entonces director deportivo del club, al día siguiente de
ganar la Copa de Europa en Roma frente al Manchester United. “Me la
debes”, le dijo. Ahora, cuatro años después, el que le debe una a Jordi
Roura es el Barcelona. Tito Vilanova le convirtió en su mano derecha
y la enfermedad del técnico le elevó a la condición de “héroe” según le
definió el presidente, Sandro Rosell. El que fuera extremo del
Barcelona tiró del carro con todas sus fuerzas en ausencia de su amigo y
jefe, con el que hablaba a diario durante los meses que pasó en Nueva
York. En su ausencia, Roura busca un sitio dentro del nuevo organigrama y
no está claro cuál será.
El club asume su enorme deuda con él, y con el preparador físico Aureli Altimira, que también llegó de la mano de Guardiola al equipo, pero es muy consciente de que la nómina de colaboradores ha crecido con exceso. Entre otras cosas porque con anterioridad a la llegada de Martino a Barcelona el club había fichado a Rubi, exentrenador del Girona, para que echara un cable. En tales circunstancias, los cargos se solapan. En la gira, por lo pronto, hay 27 personas al servicio de los jugadores, entre miembros del cuerpo técnico, médicos y asistentes. Por haber hay hasta un cocinero. “La situación es incómoda”, admiten en el Barça. “Mucho tiempo más así no podemos seguir, es evidente”, reconocen en el staff. Le toca decidir al Tata su equipo en el campo y en el banco y en eso está. “Nos estamos conociendo y hay que ver cómo encajamos”, ha reconocido el nuevo entrenador, a quien se le acumula la faena.
El Tata Martino llegó acompañado de dos fieles colaboradores, Jorge Remigio Pautasso y Elvio Paolorrosso, sus hombres de confianza desde hace 13 años. También llegó con dos colaboradores más, analistas, que paga de su bolsillo porque el Barcelona no aceptó su contratación dado que ya tiene a tres personas en el primer equipo preparando imágenes. Estos últimos no están en la gira, y por mucho que la estructura del cuerpo técnico en un club como el Barcelona sea imperiosamente muy amplia, parece exagerado.
“Ya veremos...”, desliza Martino, que ha sorprendido gratamente a los jugadores y al staff. “Lo tiene claro, muy claro, y se nota que sabe de qué va esto. No es un pardillo”, aseguran quienes le han conocido estos días. Del Tata siempre se destacó su honestidad, dedicación y diálogo con los jugadores. “Con él hasta los suplentes están contentos”, ha declarado su auxiliar Pautasso. “Dejó una huella humana imborrable entre nosotros”, asegura Gilda Arrúa, responsable de prensa de la selección paraguaya.
“El Tata habla muy claro”, defendió ayer Cesc Fàbregas, que aseguró sentirse “muy feliz y muy querido en el Barça”. Reveló haber hablado “cara a cara” con el técnico y que nunca tuvo dudas de continuar en el Barcelona. “Si no lo he dicho antes en público es porque no tenía la sensación de que fuera necesario aclarar que no tengo intención de irme a ningún sitio y porque Zubizarreta y el propio Tata ya lo habían dicho”.
Según apuntó ayer Leo Messi en la rueda de prensa que celebró el Barcelona a su llegada a Malasia —con una hora y media de retraso por un problema con el avión—, el Tata está insistiendo mucho “en recuperar pronto el balón”. “Tenemos ganas de hacer lo que hacíamos. Cada entrenador tiene sus cosas. Pero no viene a cambiar nada, sino a recuperar lo que fuimos. De momento, nos estamos conociendo y aunque venimos trabajando bien, hay mucho viaje y actos, entrenamos cuando se puede y como podemos”, agregó La Pulga.
En el vestuario se cuenta que los métodos de trabajo del preparador físico son un poco “antiguos”, que no atiende mucho al trabajo en el gimnasio y que se nota que no tiene escuela europea. Pero en el club se confía plenamente en que sabrá atender los consejos de Paco Seirulo, referente de la preparación física en los últimos años, y que también sabrá adaptarse a la necesidad del plantel de trabajar con el balón. De hecho, en Bangkok confesó su sorpresa por la presencia de la pelota en los entrenamientos.
Mientras unos y otros se acoplan, Roura, el héroe de Rosell, trata de encontrar su espacio en el equipo de Martino. “No tengan prisa, hay otras prioridades y lo que sea, será”. En ningún caso el club se plantea prescindir de los servicios de Roura, así que, llegado el caso, le reubicaría dentro del plantel.
El club asume su enorme deuda con él, y con el preparador físico Aureli Altimira, que también llegó de la mano de Guardiola al equipo, pero es muy consciente de que la nómina de colaboradores ha crecido con exceso. Entre otras cosas porque con anterioridad a la llegada de Martino a Barcelona el club había fichado a Rubi, exentrenador del Girona, para que echara un cable. En tales circunstancias, los cargos se solapan. En la gira, por lo pronto, hay 27 personas al servicio de los jugadores, entre miembros del cuerpo técnico, médicos y asistentes. Por haber hay hasta un cocinero. “La situación es incómoda”, admiten en el Barça. “Mucho tiempo más así no podemos seguir, es evidente”, reconocen en el staff. Le toca decidir al Tata su equipo en el campo y en el banco y en eso está. “Nos estamos conociendo y hay que ver cómo encajamos”, ha reconocido el nuevo entrenador, a quien se le acumula la faena.
El Tata Martino llegó acompañado de dos fieles colaboradores, Jorge Remigio Pautasso y Elvio Paolorrosso, sus hombres de confianza desde hace 13 años. También llegó con dos colaboradores más, analistas, que paga de su bolsillo porque el Barcelona no aceptó su contratación dado que ya tiene a tres personas en el primer equipo preparando imágenes. Estos últimos no están en la gira, y por mucho que la estructura del cuerpo técnico en un club como el Barcelona sea imperiosamente muy amplia, parece exagerado.
“Ya veremos...”, desliza Martino, que ha sorprendido gratamente a los jugadores y al staff. “Lo tiene claro, muy claro, y se nota que sabe de qué va esto. No es un pardillo”, aseguran quienes le han conocido estos días. Del Tata siempre se destacó su honestidad, dedicación y diálogo con los jugadores. “Con él hasta los suplentes están contentos”, ha declarado su auxiliar Pautasso. “Dejó una huella humana imborrable entre nosotros”, asegura Gilda Arrúa, responsable de prensa de la selección paraguaya.
“El Tata habla muy claro”, defendió ayer Cesc Fàbregas, que aseguró sentirse “muy feliz y muy querido en el Barça”. Reveló haber hablado “cara a cara” con el técnico y que nunca tuvo dudas de continuar en el Barcelona. “Si no lo he dicho antes en público es porque no tenía la sensación de que fuera necesario aclarar que no tengo intención de irme a ningún sitio y porque Zubizarreta y el propio Tata ya lo habían dicho”.
Según apuntó ayer Leo Messi en la rueda de prensa que celebró el Barcelona a su llegada a Malasia —con una hora y media de retraso por un problema con el avión—, el Tata está insistiendo mucho “en recuperar pronto el balón”. “Tenemos ganas de hacer lo que hacíamos. Cada entrenador tiene sus cosas. Pero no viene a cambiar nada, sino a recuperar lo que fuimos. De momento, nos estamos conociendo y aunque venimos trabajando bien, hay mucho viaje y actos, entrenamos cuando se puede y como podemos”, agregó La Pulga.
En el vestuario se cuenta que los métodos de trabajo del preparador físico son un poco “antiguos”, que no atiende mucho al trabajo en el gimnasio y que se nota que no tiene escuela europea. Pero en el club se confía plenamente en que sabrá atender los consejos de Paco Seirulo, referente de la preparación física en los últimos años, y que también sabrá adaptarse a la necesidad del plantel de trabajar con el balón. De hecho, en Bangkok confesó su sorpresa por la presencia de la pelota en los entrenamientos.
Mientras unos y otros se acoplan, Roura, el héroe de Rosell, trata de encontrar su espacio en el equipo de Martino. “No tengan prisa, hay otras prioridades y lo que sea, será”. En ningún caso el club se plantea prescindir de los servicios de Roura, así que, llegado el caso, le reubicaría dentro del plantel.
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