“Ahora el fútbol no me controla a mí” Barkero

El Pais

Barkero, tras la entrevista. / Mónica Torres

El toque de distinción del Levante se llama José Javier Barkero, de 33 años, que estudió Turismo y completó dos cursos de entrenador porque le gusta tener “vías abiertas” para cuando deje de ser futbolista, entre ellas una bodega en La Rioja compartida con algunos exjugadores.

Pregunta. Nació en Aretxabaleta, el pueblo de Zubizarreta…
Respuesta. Es un pueblito industrial a 30 kilómetros de Vitoria. Mis padres y los de Zubizarreta han hablado mucho de fútbol. Mi padre era conductor de autobuses, pero siempre le ha encantado el fútbol. Jugué en la Unión Deportiva Aretxabaleta, en campos de arena o de tierra, desde los seis a los 12 años, cuando entré en la Real.
P. Y ocho años después fue campeón del mundo juvenil en Nigeria. Hay un mito sobre las condiciones de ese torneo.
R. No es un mito, es la realidad. Los hoteles no estaban preparados para un Mundial sub-20 y para gentes de países más civilizados. Te daban arcadas si veías la comida y estuvimos un par de días sin comer. Teníamos miedo a contagiarnos del sida, la malaria… hace 14 años esas enfermedades se desconocían. Menos mal que la federación trajo embutido. En la fase de grupos, ante Zambia, jugamos a 55 grados: ellos, acostumbrados, corrían como locos; nosotros, después de un sprint, no podíamos dar otro.
P. ¿Se vislumbraba entonces lo que iban a ser jugadores como Casillas y Xavi?
R. Eran especiales. Tenían una madurez futbolística, sobre todo Xavi, porque Casillas vino a aprender a competir en otra categoría. Lo hacían muy fácil, aunque era imposible prever que iban a ser tan influyentes en el fútbol.
P. Es intrigante saber por qué usted, con su calidad, ha pasado buena parte de su carrera en Segunda. 
R. Un cúmulo de cosas. Primero me culpo porque cuando tuve la oportunidad, no di el nivel. Pero tampoco tuve un entrenador que me dijera: “Toma, sal y juega”. Y el ambiente en Donosti no era el más favorable: por las expectativas en torno a mí, que no las cumplí, y por las comparaciones con De Pedro.


P. ¿Le ha faltado autoestima?
R. No, siempre he pensado que podía jugar y nunca me he venido abajo.
P. ¿Y el reproche que más le ha dolido?
R. Que dijeran que no me he cuidado porque me vieran alguna vez por ahí. Siempre me he cuidado.
P. Y la Real le deja libre…
R. Sí, en 2007, tenía que salir de allí porque estaba estancado. Uno de mis errores fue no haber salido antes.
P. Usted participó en aquella Real subcampeona de Liga, en 2002-03, sobre la que hay acusaciones de dopaje por parte del expresidente Iñaki Badiola.


R. Jugué 13 partidos. Curramos muchísimo y había muchísima calidad, con Xabi Alonso, De Pedro, Kovacevic, Nihat, Karpin… Se mancha a una generación que hizo otra vez grande a la Real.
P. Después inició un peregrinaje por el Eibar, el Toulouse, el Albacete, el Numancia…

“En el Mundial sub-20 de Nigeria teníamos miedo a contagiarnos del sida, la malaria...”
R. Empecé a verle las orejas al lobo y vi que hay otros sitios donde ser feliz jugando al fútbol. El Eibar me enseñó táctica, compromiso... y me fortaleció. En Francia no jugué, pero dejé amistades. El Albacete me reactivó: “Sé jugar a esto”. Y en Soria, la etapa más bonita, me hice futbolista de verdad.
P. Y ahora ha vuelto a jugar en Europa 10 años después.
R. Ahora lo disfruto más porque participo más, me oriento mejor en el campo, reparto los esfuerzos… ahora conozco el fútbol, lo controlo y no él a mí. Ojalá tuviera 20 años.
P. ¿Quién fue su ídolo?
R. Stoichkov, él tenía mucho más carácter, pero compartíamos cualidades.
P. ¿Y el rival que más le ha hecho sufrir?
R. Osasuna, nunca les he ganado, siempre se me ha atragantado. Son complicados para mis características.
P. ¿Su mejor gol?
R. Uno con el Numancia al Espanyol: un tiro de rosca desde fuera del área por la escuadra de Kameni.
P. ¿Practica las faltas?
R. Menos, por la rodilla derecha [la de apoyo], que la tengo fastidiada por el desgaste.
P. ¿Qué piensa de Martins [empeñado en irse al Seattle, que le ofrece mucho más dinero]?
R. Es ley de vida. Todos haríamos lo mismo.
P. ¿Cómo es el Levante?
R. Un club familiar, atento y divertido. De gente dicharachera y de risas. Nadie te pone una mala cara. Y muy trabajador. Juanfran lo organiza todo.
P. ¿Y la rivalidad con el Valencia?
R. Va en auge, el Valencia ya está preocupándose por nosotros. Eso antes no pasaba.

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