Me he atrevido a escribir estas líneas a modo de presentación. Evidentemente, en ellas no os voy a hablar de fútbol ni tácticas. Ni tan siquiera de la vorágine que rodea a la actualidad futbolística porque de eso ya habrá tiempo cuando eche a rodar esta idea.
Quiero introducir lo que desde ahora será mi principal vínculo de conexión con la sociedad futbolística y con todo aquel que quiera saber qué me pasa, qué pienso o, lo más importante, quién soy. Algo que me permita aumentar mi cercanía con la gente que piense que merece la pena asomarse a esta ventana y aportar un matiz de transparencia personal que en los últimos años, por diversas circunstancias, no me ha sido posible o equivocadamente no he considerado importante.
Sólo recuerdo una afición o una vocación. Una forma, en fin, de vivir: el fútbol. Empecé jugando, como todos, porque todo lo que no parta del juego en sí sería artificial y de eso sí que nadie me puede catalogar.
En mi afán por ir más allá de todo lo que significa este juego, ya de niño organizaba torneos y fundaba equipos, algo ya sabido, por tanto siempre fui algo así como un gestor de voluntades , un entrenador.
No pretendo aburrir desglosando mi trayectoria que en estos ”últimos 25 años” han servido para viajar, desde la primera provincial (1ª regional de aquella época) a primera división , pero más allá de ese relato que está escrito en banquillos y salas de prensa me gustaría hablar de lo que hay detrás , de cómo se anduvo ese camino.
Siempre se me consideró un tío metódico, ordenado y lo intento ser. Me considero algo autodidacta, porque no fui futbolista profesional, aunque por motivos familiares estuve siempre tan cerca de un club y de un vestuario que ya de forma indirecta, sobre todo por mi abuelo, conocí desde pequeño muchos aspectos de la cara menos amable del fútbol. Los despidos, las críticas… Todo aquello que conviví en su última etapa (la de mi abuelo) y me hizo si cabe aumentar la certeza de que éste y sólo éste sería mi hábitat.
Llegué al profesionalismo a una edad muy temprana y en una época en la que no era muy frecuente que un entrenador tuviera la edad de los más jóvenes de la plantilla y no se le recordara en ningún cromo vestido de corto.
En cierta parte, por tal motivo y para hacerme respetar y por transmitir esa intensidad y carácter que he intentado plasmar a los equipos que he dirigido, se inició la leyenda de tío seco, hermético y distante. En parte yo colaboré o, como mínimo, no luché contra ella porque para determinados aspectos de la dirección del grupo me ayudaba. Además, cuando las cosas te van bien sueles cometer el error de no intentar cambiar nada y los defectos van tomando un protagonismo relevante en la semblanza de cualquier personaje, en este caso el mío.
Cuando me juntaba con amigos, sobre todo aquellos que no pertenecen al gremio, o cuando charlaba relajadamente con mis colaboradores, siempre me comentaban entre risas la distancia tan grande entre Lucas y Lucas Alcaraz, el entrenador.
En gran medida, el responsable de esa distorsión he sido yo por haber sido un obseso de mi trabajo y un permanentemente descuidado de mi imagen. Tal vez sea un buen momento para empezar a cuidarla.
Durante muchos años he hecho miles de kilómetros para ver a cualquier jugador en directo, cosa que considero fundamental, he digerido horas y horas de fútbol y he sacrificado, sueño, familia y todo aquello que se apartará de lo meramente profesional. Tras 25 años seguidos y con el paro que supuso mi destitución en la UD Almería en el mes de abril he llegado a la conclusión de que, por esta forma de proceder, soy uno de los entrenadores conocidos más desconocidos, al menos en el aspecto personal. Me he preocupado mucho por evolucionar en lo personal y lo profesional, pero he empleado poco tiempo en transmitir esos cambios a los que se quedaron con el cliché inicial de mis primeras temporadas. Descuidé la comunicación con todo aquello que me rodea y forma parte de la profesión. Y no me refiero al diario con los jugadores, con los que siempre he tenido llegada, sino con todos los demás elementos que juzgan y sobre todo catalogan al entrenador.
Soy consciente de que se nos suele examinar y, a partir de esa evaluación inicial, se subrayan más nuestras luces o nuestras sombras en función a la empatía que hayamos sido capaces de conseguir de nuestro entorno ese que nos cataloga a diario. Evidentemente es fácil conseguir datos negativos de un entrenador cuando se expone cada semana que cuando está empezando. En mi caso, hay veinticinco años para buscar en todas las categorías del fútbol español.
Con ello, no eludo que debería haber iniciado antes ese proceso de aproximación y ser públicamente mucho más parecido a mí. Como no se nace sabiendo, creo que con 46 años no se debe renunciar a mejorar y a compartir con todos vosotros lo ya vivido y las aventuras que nos quedan por disfrutar.
Por ello, y por dar a conocer esta actividad que vengo desarrollando, o simplemente mis ideas, me pareció una buena oportunidad generar un medio de comunicación que, de paso, me diera la oportunidad de compartir e interactuar ahora y en adelante. Por supuesto, la transmisión de ideas futbolísticas también estará presente así como la oportunidad de facilitaros conocimientos de gente que conozco y creo os van a aportar vivencias y conocimientos.
Una vez diseñado el marco de esta página web como vehículo de comunicación bidireccional ya os iré informando de mis nuevos retos, aquellos que pasan por el continuo reciclaje ya sea viendo fútbol en directo, donde seguro coincidimos en algún campo y así estar al tanto del desarrollo de las competiciones, así como intentando avanzar en el conocimiento del fútbol internacional.
Por este motivo, ando enfrascado en la mejora de mi inglés. Mi profesor Cian sí que es un entrenador inflexible, pero considero que si quiero en un futuro no muy lejano emprender alguna aventura internacional, el idioma es fundamental. Dentro de mis proyectos está el trabajar fuera ahora que por fin hay demanda de entrenadores españoles en muchos países y que todos hemos entendido que parte del futuro laboral del “españolito” está mas allá de los Pirineos.
Para comprobar in situ esta mejora, estoy ultimando un viaje a Inglaterra para asistir a partidos de Premier League, Championship y League One, así como presenciar entrenamientos de equipos que ya os iré informando, y entrevistas con entrenadores , agentes, periodistas etc.
Espero haberos transmitido la inquietud sobre la que nace este proyecto y por su naturaleza directa e inmediata estamos en contacto y esta es mi casa y la vuestra
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