Juan Ignacio Martínez es el hombre de moda en el fútbol español.

F. CALABUIG V. BAU: Escribir hoy sobre el Valencia es una ordinariez P. CALABUIG En sus inicios entrenaba tres equipos a la vez: Uno alevín, otro femenino y por las tardes al Mar Menor. Aquel hombre que obligaba «a ducharse» a cada uno de sus pequeños jugadores, Juan Ignacio Martínez, es ahora el técnico de moda del fútbol español. El teléfono le echa humo, lo requieren las televisiones nacionales y los colegas reconocen el liderato de su Levante con un halago tras otro. Sin embargo, él lo vive «con naturalidad» y mantiene los pies en el suelo. Ayer fue la estrella de la II Jornada Formativa para técnicos deportivos de la Comunitat Valenciana en compañía de Unai Emery, Juan Carlos Garrido y el entrenador del Playas de Castellón, Fran Torres. Un acto al que «de no haber sido ponente, hubiese asistido para aprender de los compañeros»… Según su lema, «el que deja de mejorar, deja de ser bueno». A la ponencia —organizada por la Conselleria de Educación, Formación y Empleo— el entrenador del Valencia llegó con retraso, pero supo romper el hielo sonriendo y diciendo: «¡Vamos a dar la enhorabuena al entrenador del líder!». Martínez contestó: «El fútbol es la leche… Lo estaba hablando con Juan Carlos». Mientras se dirigían al salón de actos del complejo deportivo-cultural de la Pechina, Unai insistió en que por eso «los momentos hay que aprovecharlos». Dentro del salón, con la mesa redonda en acción, el míster blanquinegro reveló algo que nadie sabía. Además de J. B. Thosack «por su manera inflexible de tomar decisiones» o Goyo Manzano «por su habilidad para crear empatía en el seno de un grupo», JIM también está entre los modelos del vasco. «Me enfrenté al Mar Menor con el Lorca en un partido de Copa del Rey. Empatamos a cero, pero me gustó ese equipo tácticamente. Cuando acabó el partido pregunté quién era el entrenador… ¡Este señor de aquí a mi lado! Me enseñó conceptos de trabajo de la estrategia, luego hace falta interés, dedicación, pero la base es necesaria», confesó Unai, que por entonces, septiembre de 2004, ya «pensaba en ser técnico y absorbía cada detalle». JIM se convirtió en uno de los primeros ´profes´ de Unai. Y, según cuenta riendo el levantinista, aprendió rápidamente la lección: «Lo que no ha dicho es que en la vuelta nos golearon y ellos pasaron de ronda. Empezó a mejorarme la táctica… Si hablamos de juego a balón parado, Unai es un referente en España». En noviembre de 2004 el actual preparador del Valencia debutaría en un banquillo entrenando a sus propios compañeros del Lorca tras la destitución de Quique Yagüe. Emery relató como fue la primera de sus charlas y cómo un futbolista le ayudó a aprender la necesidad de «mirar a los ojos». «Pero si tú eres el primero que cuentas azulejos cuando nos hablas», le replicó Aitor Huegun. Otra historia diferente sería el primer cara a cara con el grupo del Valencia en 2008: «Ese vestuario impone y más a alguien como yo que no llegó desde la élite. Hay que enfrentarse a egos y lo hice con naturalidad, firmeza y convencimiento… Un entrenador nunca debe mostrar indecisión». El derbi, en el horizonte A pesar de que el derbi en el Ciutat de Valencia será el 5 ó 6 de noviembre, Emery no pudo ocultar el deseo de vencer. «Mi máximo reconocimiento al Levante, lo he visto en directo y merece sus puntos. Están haciendo un gran trabajo por encima de individualidades. A los demás nos queda prepararnos fuerte para cuando nos enfrentemos dentro de muy poco intentando buscar nuestro lugar», dijo. «Pondremos todo el énfasis, todas las armas, incluso si se puede alguna trampilla», añadió bromeando en la ponencia. Por su parte, Juan Ignacio —que no ve techo para este Levante, «sólo el próximo partido y sumar lo máximo de aquí a Navidad»— prefirió referirse al partido ante la Real y desear que «dure mucho» la actual racha. El míster del LUD recalcó que el camino es la humildad. «El equipo no está teniendo éxito, el éxito vendrá con la permanencia. Es cierto que, ahora con 20 puntos, hemos dado un brillantísimo paso hacia el objetivo», apuntó JIM, un hombre «contento por hacer feliz a una afición sufridora». Juan Carlos Garrido, por contra, después del 0-3 sufrido por su Villarreal ante el Levante, no pudo decir lo mismo: «El técnico debe asumir su responsabilidad, también en las malas situaciones como ahora». Ese fue su consejo a los alumnos del curso de técnicos de Fútbol y Fútbol Sala.

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