Julio Velázquez, disfrutando del banquillo de 2ªB con 29 años.

Diario Almería
Joven, aunque sobradamente preparado. Tan solo tiene 29 años y ya puede decir que se ha pasado la mitad de su vida en un banquillo. Así es Julio Velázquez Santiago, un salmantino a los mandos de una 'nave celeste' bastante maltrecha a la que está tratando de dirigir a una salvación que sonaba a una auténtica quimera cuando tomó las riendas del equipo este verano. -¿Qué le llevó a empezar a entrenar tan joven? -Para mí es algo vocacional. Al principio, lo compatibilizaba con jugar. Pero llegó un momento en el que era imposible compatibilizarlo y me decanté por entrenar. -¿Y cuál era o es su referente en los banquillos? -No hay referentes, sino tener humildad y saber que todo el mundo te puede aportar cosas importantes. Hay que estar abierto y tratar de aprender de todo tipo de entrenadores para tratar de aplicarlo en el día a día. -¿Entonces: Guardiola, Del Bosque, Mourinho...? -Yo siempre digo que, por encima de todo, soy Julio Velázquez. Eso sí, trato de aprender lo mejor de todo el mundo. -Pero usted hace una apuesta por un tipo de fútbol muy concreto en el Poli. -Sí, pero ni la he utilizado siempre, ni siempre me ha dado buen resultado. Hay que adaptarse a los jugadores que tienes para hacer el fútbol. De todas formas, todo esto es al final una mentira. Lo importante es que los jugadores crean en lo que hacen y punto. -De este modo, ¿cómo se podrían definir a los equipos que entrena Julio Velázquez? -Lo importante es tener una idea que se ajuste a los jugadores con los que cuentas. Por encima de todo hay que adaptarse a ellos, que son los que te dan la manera de jugar. Para mí lo ideal es tener un equipo que desarrolle un fútbol combinativo y elaborado y que proponga con balón. Y a la hora de defender, me gusta que sea intenso y agresivo. -¿Y cómo es este Poli Ejido? -Es un Poli muy particular el de esta temporada. La realidad es que se hicieron dos semanas de pretemporada y se confeccionó el equipo en seis días. Y creo que hemos competido en Liga y Copa a un nivel sobresaliente gracias al trabajo de los jugadores. Ahora hemos empezado la segunda vuelta con muchos problemas y la realidad es muy complicada porque tengo 16 jugadores de campo y así es imposible poder entrenar. -Y si encima se acumulan lesiones y sanciones... -Pues sí. Pero es lo normal en las condiciones en las que estamos. Así que la gente tiene que acostumbrarse a que esta va a ser la tónica desde aquí hasta final de temporada. Y en esta tesitura y en estas condiciones las vamos a pasar canutas para salvarnos, porque no es normal estar con tan pocos jugadores. -Y ante eso, ¿qué se puede hacer? -Pues lo que estamos haciendo, apretar los dientes y dar todo lo que tenemos. Eso sí, al menos puedo presumir de que me he encontrado con una gente muy involucrada y muy implicada y que cree en lo que hace. Pero para la gente como yo, que cree en el proceso, es un problema. Porque si no hay efectivos, no hay competencia, ni intensidad ni ritmo. Yo creo en eso, en que se juega como se entrena y en el trabajo bien hecho. Y en las actuales circunstancias de escasez de jugadores, es imposible. -Se le ve ciertamente afectado por los condicionantes que le rodean. -Yo vivo esto con ilusión y con trabajo y me fastidia no poder hacer las cosas como a mí me gustaría por una simple cuestión logística y organizativa. Un ejemplo reciente: esta temporada he ido cinco veces a ver al equipo juvenil. Y cuando la semana pasada solicité a dos chicos que me parecían interesantes para trabajar con nosotros, resulta que alguien, porque sí, les había dado la carta de libertad. En fin, así es muy difícil. -Está claro que los últimos meses han sido muy duros. ¿En qué han cambiado o hecho madurar a Julio Velázquez? -Hombre, todo en la vida te hace crecer como persona. Yo soy de los que piensa que todo al final es positivo, hasta lo que a priori parece negativo. No obstante, sí que es cierto que la semana previa al partido en Lorca no se la deseo a nadie. Reuniones, incertidumbres... La verdad es que esa ha sido, sin duda, la peor experiencia deportiva que he tenido. Esa semana fue horrible. Y la verdad es que si sigo aquí y no me he ido es por los futbolistas, que son extraordinarios. - Y si esa es la peor experiencia, ¿cuál ha sido la mejor? -El día a día en todos los equipos en los que he estado. Cuando te vas a casa con una sesión bien hecha, esa es la mejor satisfacción. Porque lo de los resultados es algo muy aleatorio. -Y ya que habla del día a día, ¿cómo es el suyo? -Normalmente de fútbol, fútbol y fútbol. Tanto preparando los entrenamientos o partidos como si lo echan por la tele. Hago lo que me gusta y me siento un privilegiado porque estoy en la profesión que siempre he deseado y a la que espero poderme dedicar durante muchos años. -Pero en su vida habrá algo más aparte del fútbol, ¿no? -(Risas) Hombre, claro. Me gusta mucho la lectura y me gusta mucho ir al cine a ver una buena película. También me junto con los amigos cuando puedo a tomar unas cañas. Pero tengo la suerte de que mi profesión es mi hobby y mi ocio. Y por eso le dedico muchas horas al fútbol, porque es mi pasión.

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