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Cuando la directiva del San Roque de Lepe anunció allá por el mes de mayo el nombre del que iba a ser su entrenador para la temporada 2010-2011, muy pocos en el entorno del club habrían sido capaces de ponerle cara a ese tal Sergio Lobera que se les anunciaba como el nuevo técnico aurinegro. Su nombre no era uno de los que entraba en las quinielas para sustituir a Alejandro Ceballos al frente del equipo lepero. Sin embargo, hoy, 18 jornadas después y con la primera vuelta de la competición a punto de concluir con el equipo a un solo punto de la zona de ascenso, pocos serán los que duden del acierto de la contratación del técnico aragonés, viendo los resultados y el modelo de juego que ha sabido inculcar en sus jugadores, a pesar de contar con una plantilla muy corta y, además, de los problemas del terreno de juego en los últimos partidos.
- En primer lugar, ¿qué balance hace desde su llegada a Lepe para dirigir al San Roque hasta ahora que está a punto de finalizar la primera vuelta de la Liga?
- Un balance muy positivo a todos los niveles. A nivel profesional, satisfecho por los buenos resultados conseguidos en los meses que llevamos trabajando aquí. Además, tengo que decir que estoy muy a gusto con el trabajo de la plantilla, un grupo muy comprometido y profesional. Y en el ámbito personal, pues muy contento también, porque el proceso de adaptación ha sido prácticamente inmediato al pueblo y con toda la gente que ya formaba parte del club. Por tanto, hasta ahora, estoy muy contento en las dos vertientes, la profesional y la personal.
- Ahora que ya está asentado en el pueblo y en el club, parece buen momento para saber qué fue lo que le hizo aceptar la oferta del San Roque, abandonando el que había sido hasta ahora su entorno de trabajo en Cataluña y desplazarse a más de 1.000km de su casa para dirigir al equipo de un pueblo relativamente pequeño y con un proyecto totalmente nuevo.
- Sobre todo el proyecto y los ingredientes que acompañan a este proyecto. Era algo totalmente atípico a lo que se movía en Segunda División B, era un proyecto a largo plazo, era trabajar para un pueblo y una afición que vive el fútbol con mucha pasión, era un Ayuntamiento totalmente volcado con el club como prueba el nuevo estadio que esperemos inaugurar pronto, era la gente que ya formaba parte del club que desde el primer contacto vimos que lo que pedían y lo que yo podía dar se parecía mucho, y era el respaldo de los inversores ingleses a un proyecto atractivo muy diferente a lo que se puede ver en otros muchos equipos de Segunda B. El cómputo de todas estas causas me hizo decidirme por el San Roque y venirme a 1.200km de casa, a pesar de que pudiera tener otras opciones más cercanas pero que no me llenaban tanto como ésta.
- Lo que pasó después durante la pretemporada fue que, a pesar de lo prometido, no acababan de llegar los jugadores esperados, quedando una plantilla muy mermada con sólo 16 miembros, ¿pensó en algún momento en abandonar?
- Nunca. No soy persona de abandonar, y tampoco tenía motivos para hacerlo. Siempre me ha gustado trabajar sin buscar excusas externas a lo que depende de mi trabajo, centrándome plenamente en lo que yo pueda mejorar, y a partir de ahí, es lo que he intentado hacer e inculcar a la gente que trabaja conmigo. Entonces si hubiéramos estado siempre pendientes de lo que nos gustaría ser sin ser conscientes de lo que somos, no hubiéramos obtenido el rendimiento que hemos obtenido hasta ahora en el equipo.
- Ya ha dicho que está muy satisfecho del trabajo y del compromiso de sus jugadores, pero en cualquier caso, ¿esperará que la plantilla se refuerce ahora en el mercado invernal?
- Éste es un ámbito en el que el club está trabajando para que sea así. Indudablemente, para un entrenador, cuantos más jugadores tengas en la plantilla, mayores posibilidades tienes de elegir y así aumenta el nivel competitivo, lo que va en beneficio, no sólo del entrenador, sino del propio equipo en una temporada tan larga como la de Segunda B. Pero repito, yo me centro en trabajar con lo que tengo, y lo que pueda venir, cuando llegue, ya se valorará. Ahora mismo sería absurdo e irresponsable por mi parte estar pensando en lo que no tengo; yo tengo a los futbolistas que hay y mi misión es sacarles el máximo rendimiento para ir a Ceuta, que es lo que tenemos más cercano, e intentar ganar el partido.
- Precisamente el Ceuta, el equipo que precede al San Roque en la clasificación, y después el Melilla. ¿Estos dos partidos con dos candidatos a los puestos de 'play-off' de ascenso pueden dar la verdadera medida de dónde puede llegar el San Roque al final de temporada?
- La medida de dónde puede llegar el San Roque ya la ha dado. El equipo ha respondido por encima de las expectativas. Nos vamos a enfrentar en estas dos jornadas a dos equipos con un potencial indudable, cuyo objetivo es, sí o sí, pelear por el ascenso, por presupuesto, por plantilla, por club. Tampoco creo que los partidos ahora vayan a ser todavía determinantes, queda mucha competición por delante, aunque los vamos a tomar como un reto más a los que estamos acostumbrados y vamos a intentar, sin ninguna duda, sacarlos adelante como en otros partidos. Hemos sido capaces de ir a Melilla y ganar, hemos ganado en casa a Cádiz y Sevilla Atlético, empatamos en el campo del Murcia, o sea, con equipos de arriba siempre hemos dado buena imagen y sacado buenos resultados y vamos a seguir en la misma línea.
- Los problemas parece que los tiene el San Roque cuando se enfrenta a equipos de la zona baja que se encierran muy atrás y no dejan jugar con tanta libertad como los de arriba. ¿Habría que buscar alternativas al estilo habitual de juego del San Roque cuando se enfrenta a este tipo de equipos?
- Creo que hemos ganado al Poli Ejido jugando un fútbol diferente al que realizamos otras veces, hemos ganado en casa del Betis B jugando diferente a como jugamos otras veces, y diferente a como jugamos con el Ejido, entonces, el verdadero entendido en fútbol puede ver que este equipo no sólo intenta hacer buen fútbol, que es algo que nosotros tenemos como premisa fundamental por el perfil de futbolista que tenemos, sino que también hemos sabido adaptarnos a diferentes terrenos de juego, diferentes rivales y diferentes circunstancias. Yo creo que esto es lo que hace al final que un equipo sea competitivo. Valientes somos, lo que no podemos es ser temerarios. Hay momentos en los que uno tiene que adaptarse a la realidad y plasmarla en cada momento, porque lo que se valora son los resultados y hay que ajustarse a lo que te manda cada circunstancia, como en estos dos últimos partidos, por referirnos sólo a los más recientes.
- ¿Y a partir de ahora, qué? ¿Qué espera de su equipo de aquí al final de temporada?
- Pues ahora, a seguir con la misma dinámica, la misma ilusión, la misma humildad y el mismo trabajo que nos ha llevado hasta donde estamos ahora. Eso no lo podemos perder nunca, siempre lo he dicho, el día que nos pensemos que somos mejores de lo que somos, tendremos un problema, y el día que nos creamos que somos peores de lo que somos, también. Entonces, hay que intentar buscar un equilibrio justo y seguir trabajando con la misma ilusión, las mismas ganas y la misma profesionalidad que lo ha hecho hasta ahora.
- Para finalizar, ¿sigue siendo tabú la palabra ascenso?
- Bueno, no es tabú; es ser responsable y realista. Por mi parte sería una irresponsabilidad decirle a la gente que el objetivo del San Roque es el ascenso. Que puede ser algo que en un momento dado en el transcurso de la temporada y cumplidos antes otros objetivos, pueda estar ahí, nosotros, sin ninguna duda, los que estamos ahí abajo, somos los más interesados en que esto sea así en la medida que sabemos como repercute eso en nuestra propia profesión. Nadie tiene más ganas de ascender que nosotros, pero hasta llegar a esa posibilidad, hay que ser realistas y pensar quiénes somos y contra qué equipos competimos. No podemos engañar a la gente.
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