Mentalización para la competición

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Competir es como ir a la guerra. Tener éxito implica competir. O sea, que para tener éxito, tengo que ir a la guerra. Pues sí, aunque suene raro. Veamos por qué.
Cuando alguien va a la guerra, no quiere perder, así que planifica muy bien su batalla. Estudia cuidadosamente a su rival: cuál es su poder armamentístico, qué estrategia de ataque o de defensa suele utilizar, cuáles son sus puntos débiles, o cuáles son sus fortalezas y las tácticas con las que va a intentar vencernos. Tun Szu, en su libro El Arte de la Guerra, decía: “cualquiera que tenga forma puede ser definido, y cualquiera que pueda ser definido puede ser vencido”. Si estudiamos al rival, si lo definimos de forma pormenorizada, sabremos cómo hacerle frente con mayor decisión.
Pero no basta con centrarnos solamente en los aspectos externos de esta guerra. No podemos olvidar estudiarnos también a nosotros mismos. ¿Dónde soy más fuerte? ¿Y más débil? ¿Dónde y cuando no puedo despistarme? Que no pase como en Pearl Harbour y los japoneses nos pillen tan desprevenidos que la derrota se conozca a lo largo de los siglos.
Ganar una guerra es un juego de precisión y ni al más mínimo detalle se puede dejar al azar: estudiamos al enemigo y nos analizamos nosotros mismos, establecemos una estrategia en función de ese análisis y comenzamos a marcarnos objetivos que a medida que los alcancemos, nos dirán que vamos por buen camino. Competir en tu deporte es igual: los dos lucháis por un mismo objetivo y vais a muerte a por él. No puedes dejar en manos de la suerte cuál será tu estrategia a seguir, cuando apretarás en la carrera o si jugarás de forma más defensiva que de ataque, porque si el rival sí se ha preparado su competición, estás muerto.
Tener un plan en la cabeza, saber las opciones que hay, cuál es mi plan A y mi plan B, hace que nos sintamos más seguros y compitamos con mucha más confianza que cuando estamos a verlas venir.
La vida es igual… ¿o es que acaso tu no luchas cada día por algo que quieres?, ¿acaso el trabajo, los negocios… no son un campo de batalla? Quien algo desea realmente, lucha hasta las últimas consecuencias por ello, y si no es así… se queda en el camino. Cuando te enfrentas cada día a las dificultades que encuentras, cuando alguien compite contra ti por tu sueño, más vale que te prepares bien para la batalla, y no te quedes a medio gas. No importa en el deporte que compitas o si tu guerra se libra entre despachos. ¿Sabes cuál es una de las cosas que más ayuda a tener éxito? Tener claro, que por principio, eso que quieres, te pertenece y ya solo queda ir a recuperarlo. Traza tu plan de batalla, y ¡recupera lo que es tuyo!
 
 
Zoraida Rodríguez Vílchez
@ZoriPsicologa

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