Verdades y mentiras de la alimentación


Verdades y mentiras de la alimentación

Carmen Ibáñez. Nutricionista de Salud Pública


La nostalgia de los olores y sabores de la infancia, junto a las tradiciones familiares, tienen una gran fuerza alimentada por la fantasía, las creencias y las leyendas. Estas fábulas o mitos, transmitidos de generación en generación, pueden influir en nuestro comportamiento alimentario, afectando a nuestra salud de manera positiva o negativa dependiendo, de cada persona y de la etapa de su vida en que se encuentre. En este texto, vamos a comentar distintos mitos referentes a la nutrición, tratando de aclarar si son falsos o verdaderos y porqué.
1. El zumo de naranja se debe tomar recién exprimido.
Verdadero. La naranja, igual que otros cítricos, son ricos en vitamina C, un potente antioxidante que en contacto con el aire y la luz se oxida y pierde sus propiedades, aunque no pierda color.

2. El pan tostado tiene menos calorías que el fresco.
Falso. El pan al tostarlo pierde agua, se deshidrata y pesa menos; por lo tanto a igualdad de peso, el pan tostado aportará más calorías.

3. Los productos «light» no engordan.
Falso. «Light» o «diet» se refiere a que un producto determinado tiene reducido su contenido en grasa, azúcar o sales, lo que no siempre supone una disminución en el aporte calórico.



4. Es mejor usar miel que azúcar.
Falso. Las dos, como hidratos de carbono que son, aportan 4 Kcal por gramo y aunque sean distintas químicamente, ambas aumentan el azúcar en sangre.

5. Las frutas engordan si se toman de postre.
Falso. Se coman cuando se coman el aporte de calorías es el mismo. Es cierto que tomadas fuera de las comidas, por la sensación de saciedad que producen, se llega a la comida con menos apetito y se controla mejor el tamaño de las raciones. Pero también es importante saber que la asimilación del hierro de la carne es mejor en presencia de vitamina C de las frutas.

6. Las grasas vegetales son más sanas que las animales.
Falso. Hay dos grasas vegetales muy utilizadas en la industria alimentaria que son: la de palma y la de coco. Ambas son grasas saturadas igual que las de origen animal, en oposición a las otras grasas vegetales, de semillas de girasol, maíz, soja o de oliva.

7. La sal engorda.
Falso. Al igual que otros minerales, la sal no aporta calorías, pero favorece la retención de líquidos y el cuerpo pesa más.

8.El huevo crudo, alimenta más que el cocinado.
Falso. En la yema del huevo está la provitamina B, que pasará a vitamina B por la acción del calor. Si ingerimos un huevo crudo esta transformación no tendrá lugar y el huevo aportará menos nutrientes.

9. Los productos vegetales frescos son mejor que los congelados.

Falso. Las hortalizas y verduras congeladas pueden ser más sanas porque mantienen sus características nutricionales intactas, ya que se congelan nada más recolectarse. Las verduras frescas, que desde la compra pasan horas hasta pasar a refrigeración, tienen pérdidas de nutrientes importantes.
10. El agua en las comidas engorda.
Falso. El agua no aporta calorías, se tome cuando se tome. Si la ingesta es muy elevada durante la comida, puede aumentar el volumen de digestión gástrica y tardar más en incorporarse al organismo, diluir los jugos gástricos y dilatar el estómago. El «agua ligera, que aligera el peso», es solo publicidad.

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