La histórica temporada del Arroyo, que tuvo como punto álgido el alirón de este fin de semana, puede quedarse en efímera. El cuadro arroyano tiene muchas papeletas para un ascenso a Segunda B que puede derivar en problema. Y más si se cumple el aviso de su presidente, Juan Bermejo, quien asegura que si tuviera que decidirse hoy, se marcharía. «No me siento con el ánimo necesario ni la ilusión que tenía hace unos años. Hagas lo que hagas, nunca puedes contentar a todo el mundo. He recibido críticas muy duras -hubo pintadas con insultos hace más de un año- que no entiendo. Incluso llegaron a insultar a mi mujer, y eso es demasiado fuerte», explica.
El autor intelectual de los éxitos blanquiazules está tan feliz por lo logrado como preocupado por el incierto futuro. Salvo que cambie de opinión, convocará una asamblea para cuando acabe la temporada de la que tendría que salir un nuevo presidente, y lo más importante, un nuevo mecenas. «Convocaré la asamblea y dejaré el club sin una sola deuda, saneado. Yo cumplo ciclo de cuatro años y creo que debo dejarlo por falta de ilusión. Me han afectado mucho algunas críticas y no me compensa. Si tuviera que decidirme hoy, me marcharía», añade el máximo dirigente.
Bermejo prioriza los motivos anímicos en su vaticinio, aunque reconoce que también los hay económicos. «El presupuesto de Tercera se me fue a 350.000 euros y para competir en condiciones en Segunda B se iría entre 500.000 y 600.000. Eso es mucho dinero». Así que el posible ascenso a la División de Bronce puede resultar más que incómodo para cualquiera que quisiera tomar las riendas del club. El todavía presidente considera que nadie de los socios o de la directiva se atrevería a un desembolso de este calado y argumenta que dejar el Arroyo CP en manos de alguien ajeno a la población cacereña puede ser arriesgado, por lo que entendería que no saliera en Segunda B.
«No sé si vendría alguien en mi lugar con un buen proyecto. Lo veo difícil. ¿Quién tiene hoy en día 600.000 euros para una inversión como ésta?», se cuestiona. También incide la peligrosa dinámica del fútbol extremeño, con una renuncia en cada una de las dos últimas temporadas, una lastimosa situación que conviene esquivar a toda costa. «No me gustaría que mi club pase por lo que ha pasado el Sporting o el Cerro. Eso no es bueno para nadie». Juan Bermejo ya ha comunicado tanto al técnico Juan Marrero como a la plantilla que es muy probable que no continúe al frente de la nave arroyana. No les ha sentado nada bien, pero están con su presidente. Hasta hay quien le ha dicho que se irá del club si se marcha. Con la espectacular temporada que está cuajando este equipo es más que seguro que los teléfonos de sus protagonistas hayan sonado o vayan a sonar en más de una ocasión. ¿Cómo afectará este problema deportivamente cuando en mayo aborden la fase de ascenso? Bermejo tira de sinceridad y contesta que, aunque pudiera alterar el rendimiento saber que el ascenso puede ser en vano, «hay una cláusula en sus contratos por la que recibirán un extra por el ascenso. Solo por eso lucharán por lograrlo».
Como presidente nacido en Arroyo de la Luz, se muestra muy contento por la gesta del equipo, campeón de Tercera a falta de un mes de competición y con unos números de vértigo. «Hemos hecho historia en el pueblo. Lo cogí en Preferente y lo subimos a Tercera con el objetivo del ascenso». Habrá que esperar acontecimientos. Tal vez se trate de otro globo sonda del presidente para recabar más apoyo en caso de un proyecto ambicioso, ya que si sale, dice, «lo haré con todo».
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