El deporte de la vida

altMe gustaría destacar en este mes de mayo pletórico de Master de tenis, Champions, Formula 1, Moto GP y Final Four de Basket, entre otros eventos deportivos, que los efectos sociales del deporte son indiscutibles y también la aportación de valores a nuestra sociedad como tolerancia, integración, solidaridad, cooperación, autonomía, participación, etc.

Es en la práctica deportiva donde identificamos signos sociales, ya sean grupales, locales o corporativos simplemente, en diferentes competiciones desde el más básico y puro deporte escolar en edad infantil hasta la liga profesional. En todos ellos podemos apreciar la importancia e influencia sobre los individuos a nivel social y personal.

Las formas de ocio como actividad y como espectáculo, el compañerismo y la rivalidad, el éxito y el fracaso. «En ellos encontramos los valores y contravalores de la sociedad moderna: la fiesta, la amistad, la identificación, pero también la violencia, el fanatismo y la xenofobia».

Si utilizáramos la palabra deporte en lugar de socialización apreciamos en el párrafo que nos ocupa el carácter tan intrínseco y vital que en la sociedad tiene la práctica deportiva ya que: «El proceso por el cual el individuo llega a ser miembro de la sociedad». La práctica deportiva nos hace relacionarnos y es entonces mediante este proceso cuando el individuo es inducido a participar en la dinámica social, a socializarse.

La actividad física se construye dentro del marco de las relaciones sociales de los individuos. Las manifestaciones deportivas se consideran como un producto de la sociedad o sociedades que las crean o en las que se desarrollan y, por lo tanto, dentro de sistemas socioculturales concretos desde los cuales vienen pautadas las características que las conforman.

Cada nación, autonomía, ciudad o pueblo, lleva consigo a gala la práctica de la actividad física incluyendo a sus gentes y denotando un claro carácter evolutivo socio-cultural, en función de los logros deportivos, ya sean consecución de campeonatos, adjudicación de sedes mundiales u olímpicas, o el simple hecho de ser el escaparate saludable en el que se miren otras culturas.

Deportistas como Nadal, Raúl, Pau Gasol y Fernando Alonso son iconos de la constancia, perseverancia y tantos y tantos valores que nos infunde el deporte, y como nos aleja de la violencia que a diario podemos ver en las noticias, que más que noticias podríamos denominarlas sucesos negativos de nuestros días.

Por eso cuando veamos y realicemos deporte o actividad física, debemos tener siempre presente que vamos a proyectar y a recibir una información vivencial de valores humanos que perdurarán para siempre en nosotros por lo que tenemos que cuidarlos y explotarlos al máximo para una sociedad de futuro tolerante y con iconos públicos (estrellas deportivas) comprometidas con las personas y la su educación integral.

Saludos amigos y espero que os haya gustado.

Manuel Ortega de Viva Melilla

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