Diario Abc.
La Ley Concursal hace que los equipos paguen la mitad y eviten el descenso por las deudas. La reforma está en proceso
La llamada Liga de las estrellas, autodenominada la mejor del mundo, también es la número uno en incumplimientos económicos. Una morosidad que se extiende en Segunda B, Tercera y Regional.
Veinte españoles, un inglés
En el resto de las cinco grandes ligas continentales, solo el Portsmouth inglés tuvo que declararse en suspensión de pagos en 2010 y descender de categoría. En España, la Ley Concursal fue estrenada por la Unión Deportiva Las Palmas, que la utilizó bien y saneó una crisis nacida por una deuda de 70 millones de euros. La Real Sociedad también solventó sus problemas, presionada por 28 millones de números rojos. El Celta aprobó un plan de viabilidad para reducir sus débitos de 84 a 17 millones en cinco años. Pero a partir de 2008, la crisis económica azuzó la picardía de muchos dirigentes, que hundidos por el ladrillo se apuntaron a la suspensión de pagos con el fin de retrasarlos durante un quinquenio mientras mantenían sus gastos en fichajes.
Fichar «sin dinero»
La indignación de las entidades que sí abonaban sus salarios explotó desde aquel año 2008, que abrió la veda a los impagos. Hoy persiste, porque hay equipos que, protegidos en los cinco años de margen para saldar débitos, tuvieron la osadía de fichar futbolistas pagando más que los equipos que no se aprovecharon de la legislación. En declaraciones anónimas, diversos equipos de Primera y de Segunda se han quejado ante ABC por la injusticia que supone no poder fichar jugadores porque clubes que suspenden pagos «pagan más que tú por los traspasos o cesiones». Alex Geijo, el goleador hispano-suizo del Granada, inmerso en la Ley Concursal, es una imagen paradigmática del desequilibrio provocado por la norma legal. Cedido por el Udinese, el delantero eligió el Granada porque le ofrecía más dinero que clubes de Primera, aunque se quiera encubrir la decisión en una apuesta futbolística. El equipo andaluz, oficialmente, no tenía dinero para pagar a su plantilla, pero sí para conseguir un «nueve» cotizado por muchos conjuntos. Ayer, su presidente, Enrique Pina, manifestó que dejará el club a final de temporada «por incumplimientos del Ayuntamiento. No tenemos la ilusión de invertir más».
El Hércules protagonizó otro caso polémico. Inscrito en concurso de acreedores, contrató a futbolistas con ofertas que superaron los ofrecimientos del Numancia y de otros equipos. En enero ya se le prohibió fichar en el mercado de invierno, dadas sus deudas.
Es la trama de una injusticia legal que nació con los impagos y creció con el «mantenimiento judicial de la categoría». La AFE expuso ante el Consejo Superior de Deportes la necesidad de reformar la Ley para evitar el abuso. Está en proceso.
La UEFA atacó la injusticia
El Consejo de Ministros aprobó el 16 de diciembre un anteproyecto de reforma de la Ley Concursal que especifica que los clubes acogidos a ella descenderán o no ascenderán, según los casos, si deben dinero a jugadores.
La UEFA ya cortó por lo sano esta burla. El pasado verano descalificó al Mallorca de la Liga Europa por estar en suspensión de pagos. Le sustituyó el Villarreal, que alabó la medida. El máximo organismo del balompié europeo castigará las malas gestiones con la prohibición de jugar en el continente. España también debe impedir que nuestro fútbol sea señalado como el líder de la morosidad.
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