El lateral izquierdo, está de moda.

Don Balón

Hace años hubiese sorprendido que un club pagara 30 millones por un lateral; ésta se consideraba una demarcación secundaria en la mayoría de equipos. Por un lado se valoraba en exceso a la denominada columna vertebral (portero-central-mediocentro-delantero) y por el otro se limitaba el rol de los ‘defensas de banda’: los laterales estaban para defender y en pocas ocasiones se prodigaban ofensivamente. Su misión principal era contener las embestidas del rival; para atacar ya estaban los extremos o los interiores, en otrora mucho más profundos que en la actualidad. A principios de los 90 varios técnicos demostraron que los laterales también podían contribuir en el juego de bandas y aportar su granito de arena en ataque. Las paredes y los desdoblamientos entre los laterales y los interiores eran habituales en algunos conjuntos. Estos entrenadores dejaron de manifiesto que muchas veces se sorprende más al rival llegando desde atrás que utilizando a un jugador estático para abrir el juego. Por el contrario, el protagonismo creciente que adquieren los laterales ha provocado que apenas existan especialistas: la irregularidad ha pasado factura a los extremos puros. El balance defensa-ataque, clave El prototipo de lateral moderno es aquel que cumple en defensa y que se proyecta cualitativamente al ataque. Velocidad, despliegue físico y buen golpeo de balón (imprescindible a la hora de centrar) son las cualidades más buscadas en dicha posición. En este sentido, Roberto Carlos, flamante fichaje del Anzhi ruso, creó escuela y es todo un referente en su puesto. Gracias al brasileño se escuchó con frecuencia la frase de que “es más que un lateral”. En idénticas palabras se define ahora a Dani Alves. El ex del Sevilla es una pieza fundamental en el esquema táctico de Guardiola y nadie discute su protagonismo en el Barça actual. El propio jugador, consciente de su papel, pide un aumento significativo de sueldo para prolongar su contrato. Menos exigente a la hora de renovar es Abidal, quien aporta un perfil más defensivo en el flanco izquierdo: es un portento físico, veloz y poderoso en el juego aéreo. Demuestra que, con confianza y en forma, es un hombre más que válido, incluso jugando en el eje de la zaga. En Madrid, Sergio Ramos y Marcelo han cogido el relevo hispano-brasileño de Míchel Salgado y Roberto Carlos. Ambos destacan por su dinamismo y por su gran presencia en el juego ofensivo de su equipo. Con todo, generan debate: muchos piensan que Ramos rinde mejor actuando de central, mientras que otros creen que Marcelo ofrece su mejor cara cuando tiene a alguien como Arbeloa que le cubra las espaldas. El propio Mourinho ya adelantó la posición del brasileño en el choque de ida de los cuartos de final de la Copa frente al Atlético (0-1). El Valencia, el otro equipo de la Liga que está vivo en la Champions, cuenta con dos laterales muy completos y que ofrecen un rendimiento notable en el balance defensa-ataque. La proyección ofensiva de Miguel y Mathieu provoca incluso que, en ocasiones, Unai Emery renuncie a hombres de banda como Joaquín, Pablo Hernández o Vicente. De lateral a extremo No en vano, varios futbolistas que se dieron a conocer actuando de lateral han adelantado su posición en reiteradas ocasiones: Bale, Fabio Coentrao, Eboué, Filipe Luis, Vargas, Drenthe o Rafinha son algunos ejemplos. Otros como Bastos o Zhirkov serían casos inversos: el extremo del Lyon ha jugado de lateral con Brasil y el ruso vio como Ancelotti retrasaba su posición en el Chelsea. Zhirkov cubría la banda izquierda del CSKA de Moscú, pero actuando de carrilero. El conjunto moscovita solía utilizar un esquema táctico en desuso como el 3-5-2, con dos mediocentros que cubrían las espaldas a unos laterales netamente ofensivos. En el lado opuesto observamos ‘tics’ del pasado con centrales ocupando una banda: Heinze, Chivu, Boulahrouz, Onyewu, Ivanovic, O’Shea o Carragher son algunos ejemplos. Con todo, son inventos que en raras ocasiones ofrecen el rendimiento deseado. Dos buenos centrales como Otamendi y David Luiz sucumbieron jugando en una banda: el argentino lo hizo en el pasado Mundial y el brasileño sufrió en el duelo liguero contra el Oporto de la presente temporada (5-0 para los ‘dragones’). Fueron dos experimentos circunstanciales que evidenciaron una realidad: el lateral moderno reúne unas condiciones específicas que les aleja de los defensores.

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