A sus 34 'tacos' Pedro Carrión no tiene demasiados motivos de los que quejarse. Lo miman en el Hotel Bahía de San Fernando (Cádiz), en donde reside -a un paso del estadio- y cuidan su dieta, es un ídolo en las marismas y, después de una trayectoria deportiva casi en el anonimato, es ahora cuando asoma la cabeza en los informativos de la televisión. ¿Qué le ha sucedido al capitán del cuadro gaditano, que es tercero del grupo X de Tercera? Simplemente, que hasta hace unos días era el máximo realizador de todas las categorías del fútbol nacional. Con sus 29 'dianas' ya pueden temblar Cristiano Ronaldo (24) y Messi (23).
La de Pedro Carrión, conocido simplemente con su nombre de pila antes de salir del Málaga B, es una de esas cientos de carreras futbolísticas que se desarrollan en nuestros días en España sin generar episodio trascendente alguno, hasta que a los 34 la madurez y la buena condición física han provocado un estallido realizador impensable. Pedro ha marcado en casi todas las jornadas del campeonato (faltó a su costumbre en media docena de ellas) y lleva solo un 'hat-trick', lo que habla bien de su regularidad. Además, tampoco se ha surtido en exceso de los lanzamientos desde el punto de penalti (lleva cuatro).
«Había logrado 23 goles en el Alcalá, uno más si se incluye la fase de ascenso a Segunda B, pero nunca me había pasado lo de ahora. Me encuentro bien de ánimo, estoy yendo con la selección andaluza, el equipo está generando ocasiones, y por el club y la afición que tenemos sería muy importante conseguir el ascenso», se sincera la estrella del San Fernando, a las órdenes de Antonio Iriondo.
Los caprichos del destino
Lo cierto es que, echando la vista atrás, Pedro aún cree que pudo labrarse un camino en el fútbol profesional. Esos instantes puntuales en el que el destino llevan al futbolista en una u otra dirección. «Semanas antes de que se conociese el ascenso a Segunda B del Málaga B en los despachos (descenso administrativo del Granada), cerré mi paso al Torredonjimeno por recomendación de Paco Pineda. Veo buenos compañeros de entonces como Juanma, Geijo, Juan Rodríguez o Nacho, que pudieron jugar en esa categoría y en Segunda y me dijeron que con Tapia habían progresado y estaban como cañones», recuerda.
No fue el único contratiempo que le ha tocado afrontar. «Con 21 años me rompí el cruzado en una rodilla -sucedió después de que sufriera un accidente-. Sin embargo, Manolo Hierro ordenó que me dieran la baja federativa en la temporada en que jugamos la liguilla de ascenso ante el Sevilla Atlético, pero para esas citas me encontraba para jugar», afirma. El caso es que ese delantero que llegó al San Félix juvenil junto a Calatayud (este, asentado en Primera) no ha podido debutar en categoría profesional. Le queda el consuelo de haberse enfrentado al equipo de sus amores, el Málaga, en una eliminatoria de Copa a partido único en el Don Benito. Ahora está estudiando el curso nacional de entrenador y le gustaría seguir ligado al fútbol. Con todo, de momento no sabe cuándo llegará el fin de su carrera: «Voy a ir año a año, hasta donde pueda llegar».
Lo que tiene claro el atacante cartameño es que a estas alturas quiere pelear por ser el máximo goleador de todas las categorías y sigue con atención la explosión realizadora de Murci (Cultural Leonesa, del grupo VIII), que hace tres fines de semana marcó cinco tantos en un partido y en el último, tres. Se ha disparado a 31, dos más que el malagueño. «Mi grupo es de los más duros», asevera en su descargo. Con 29 se ha colocado también Jorge Rodríguez, del Rayo Cantabria (grupo III). La competencia es importante en esta categoría, porque en Segunda B y en Segunda no hay goleadores que se acerquen a estas cifras, y en la élite todo dependerá de la evolución de los dos grandes 'cracks' mundiales, Cristiano Ronaldo y Messi.
«Mi primo Jesús, que es muy malaguista, me dice en tono de broma que me vaya con el jeque», espeta Pedro Carrión, que de vez en cuando vuelve a Cártama con sus padres. También conserva un piso en Churriana. En época navideña suele verse con excompañeros del filial. Gente que no llegó, como Francis Flores o Villatoro, o los que han alcanzado la élite, como Manolo, Juan Rodríguez o Juanito.
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